Cada instante sabe a vida eterna. Itinerario de misión – J. M.ª Soler Zulategui

El libro que vamos a comentar es una recopilación de cartas que el autor, José María Soler Zulategui, escribió a su familia y amigos durante su experiencia misionera en Perú, entre los años 1986 y 1990. Se trata de un testimonio personal y vibrante de un laico comprometido con el anuncio del Evangelio, que participó desde los inicios en el Camino Neocatecumenal, una realidad eclesial que nació en España a finales de los años sesenta y que hoy se extiende por todo el mundo.

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Cada instante sabe a Vida Eterna: Epistolario de misión: 144 (FUERA DE COLECCIÓN)
  • Cada instante sabe a Vida Eterna: Epistolario de misión: 144 (FUERA DE COLECCIÓN)
  • Tapa de calidad
  • Idioma Español
  • Óptimo para leer

Ficha técnica

  • Autor: José María Soler Zulategui
  • Temática: Espiritualidad, misión, Camino Neocatecumenal

Comentario del libro “Cada instante sabe a vida eterna. Itinerario de misión”

El libro se divide en cuatro partes, que corresponden a las cuatro etapas de la misión de José María Soler Zulategui en Perú: la preparación, el envío, la vivencia y el regreso. En cada una de ellas, el autor nos comparte sus reflexiones, sus sentimientos, sus dificultades y sus alegrías, siempre con un tono cercano y sincero, que nos hace partícipes de su aventura.

La preparación

En esta primera parte, José María Soler Zulategui nos cuenta cómo surgió en él y en su familia el deseo de ir a la misión, después de haber vivido una profunda conversión gracias al Camino Neocatecumenal. Nos narra los pasos que tuvo que dar para dejar su trabajo de maestro, su casa, sus bienes y sus afectos, y confiar en la providencia de Dios. También nos habla de la formación que recibió en el Seminario Redemptoris Mater de Madrid, junto con otros laicos y seminaristas, para prepararse para la evangelización.

El envío

En esta segunda parte, José María Soler Zulategui nos relata cómo fue el momento del envío a la misión, que tuvo lugar en Roma, en una celebración presidida por el papa Juan Pablo II, en la que participaron miles de personas del Camino Neocatecumenal. Nos describe la emoción y el vértigo que sintió al escuchar el nombre del país al que iba a ir, junto con su mujer y sus dos hijos menores, y cómo se encomendó a la Virgen María. También nos cuenta los primeros contactos con la realidad peruana, la acogida de la Iglesia local, la adaptación a la cultura y el idioma, y el inicio de la misión.

La vivencia

En esta tercera parte, José María Soler Zulategui nos comparte su experiencia misionera en los Pueblos Jóvenes de Callao, una zona deprimida y marginal, donde se encontró con la pobreza, la violencia, el sufrimiento, pero también con la fe, la esperanza y el amor de muchos hermanos. Nos muestra cómo fue su labor de catequesis, de formación de comunidades, de acompañamiento a las familias, de servicio a los más necesitados, siempre con el apoyo de su esposa y de sus hijos, que también se implicaron en la misión. También nos revela cómo fue su relación con Dios, con la Iglesia, con el Camino Neocatecumenal, con los sacerdotes, con los obispos, con el papa, y cómo fue creciendo en su vocación laical y misionera.

El regreso

En esta cuarta y última parte, José María Soler Zulategui nos explica cómo fue el final de su misión, que coincidió con la enfermedad y la muerte de su esposa, que contrajo el sida por una transfusión de sangre contaminada. Nos transmite el dolor y la fe con que vivió este acontecimiento, que supuso una prueba de fuego para su amor conyugal y para su confianza en Dios. También nos cuenta cómo fue su regreso a España, el reencuentro con su familia y sus amigos, la reubicación en su trabajo y en su parroquia, y la continuidad de su compromiso misionero, que no se apagó con la distancia ni con el tiempo.

Conclusión

El libro “Cada instante sabe a vida eterna. Itinerario de misión” de José María Soler Zulategui es una obra que nos invita a descubrir el sentido y la belleza de la misión, entendida como una respuesta al amor de Dios, que nos llama a salir de nosotros mismos y a compartir con los demás la Buena Noticia de Jesucristo. Se trata de un testimonio que nos interpela y nos anima a vivir nuestra fe con radicalidad, con alegría, con esperanza, con gratitud, sabiendo que cada instante de nuestra vida sabe a vida eterna, si lo vivimos en comunión con Dios y con la Iglesia.

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