Conformidad con la voluntad de Dios

Introducción
La conformidad con la voluntad de Dios es la clave para vivir una vida en gracia, apartándonos del pecado, especialmente de los pecados capitales, y abriéndonos al camino de la santificación. Vivir conforme a la voluntad divina no solo nos eleva espiritualmente, sino que nos ayuda a enfrentar las tentaciones diarias con firmeza, recordando las palabras de San Agustín: «Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas».
Definición del tema: la voluntad de Dios
La conformidad con la voluntad de Dios consiste en aceptar con amor y obediencia las disposiciones divinas en nuestra vida, tanto en lo próspero como en lo adverso. El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que «la oración de Jesús en Getsemaní es una entrega perfecta a la voluntad del Padre. Él hace de esta entrega el ejemplo para sus discípulos, para cada uno de nosotros» (CIC 2600). En otras palabras, conformarse a la voluntad divina implica vivir en continua comunión con Dios, reconociendo Su plan en cada momento de nuestras vidas.
Aspectos a tener en cuenta
- Lucha contra los pecados capitales: La conformidad con la voluntad de Dios nos lleva a despojarnos de todo lo que obstaculiza la gracia. Los pecados capitales —soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza— son trampas que debilitan nuestra capacidad de discernir y seguir la voluntad divina. San Juan Bosco, por ejemplo, decía: «La soberbia es la madre de todos los vicios. Si quieres vivir conforme a Dios, debes vivir en humildad». Luchar contra estos vicios nos capacita para abrirnos más plenamente al plan de Dios.
- Docilidad al Espíritu Santo: Como enseña el Catecismo, “la santidad cristiana es la plenitud de la vida de la gracia, y consiste en conformar la propia voluntad a la voluntad de Dios” (CIC 2825). La docilidad al Espíritu nos ayuda a discernir y responder a los llamados de Dios en cada circunstancia.
- El valor del sacrificio: En el camino de la santidad, la renuncia a uno mismo y a los propios deseos es esencial. Jesús nos enseñó: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame» (Lc 9, 23). La aceptación de la cruz es una señal de nuestra entrega a Dios.
La voz de la Sagrada Escritura sobre el tema
La Biblia está llena de ejemplos y enseñanzas sobre la importancia de conformarse a la voluntad divina:
- «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,42). Aquí Jesús, en su agonía en Getsemaní, nos enseña el ejemplo supremo de sumisión amorosa al plan del Padre.
- «Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia» (Prov 3,5).
- «Todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios» (Rom 8,28). Aun en los momentos más oscuros, Dios obra para nuestro bien.
Los santos y la voluntad de Dios
- Santa Teresa de Ávila vivió en constante búsqueda de la voluntad de Dios, expresando: «Que nada te turbe, que nada te espante; todo se pasa, Dios no se muda». En su vida de oración, encontraba el valor para superar las pruebas.
- San Ignacio de Loyola, en su discernimiento espiritual, dio prioridad a la conformidad con la voluntad divina. En su famosa «Oración de entrega», pedía: «Tómalo, Señor, y recibelo todo. Toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad».
- San Francisco de Asís nos mostró un ejemplo radical de vivir en total entrega a Dios, abrazando la pobreza y el sufrimiento por amor a Cristo.
- San José Moscati, un médico santo, vivió su profesión como un servicio a los demás y un cumplimiento de la voluntad de Dios. Siempre rezaba antes de tomar decisiones clínicas y consideraba la medicina como una obra de caridad, diciendo: «No la ciencia, sino la caridad ha transformado al mundo».
- Santa Gianna Beretta Molla, madre y médica, eligió dar su vida para salvar a su hija en su último embarazo, anteponiendo la vida de la niña a la suya. Ella siempre repetía: «La vida es un don, una misión que se nos ha confiado».
- San José de Cupertino, un santo conocido por su humildad y aceptación de la voluntad divina. Aunque tenía limitaciones intelectuales, vivió en obediencia y fue dotado con dones místicos. Aceptó con alegría sus pruebas, diciendo: «Hágase tu voluntad, Señor, y no la mía».
- San Carlos de Foucauld, después de una vida de conversiones y búsquedas, encontró en el desierto su llamada. Aceptó una vida de soledad y oración, siempre en abandono a la voluntad divina, declarando: «Mi misión es convertirme en el hermano de todos».
- Santa Margarita de Cortona, después de una vida de pecado y sufrimiento, encontró en la voluntad de Dios su camino de redención. Su vida cambió radicalmente cuando decidió vivir en penitencia y oración, dedicándose al servicio de los pobres y enfermos.
Conclusión
Vivir conforme a la voluntad de Dios es un camino hacia la verdadera libertad y santificación. Cuando nos abandonamos en Sus manos, descubrimos que nuestras luchas contra el pecado no son en vano, pues Dios nos llena con su gracia y nos guía hacia la plenitud de vida. Como dijo San Pío de Pietrelcina: «Hacer la voluntad de Dios es el mayor bien que podemos alcanzar en esta vida».
Cuestionario de examen de conciencia
- ¿He buscado vivir conforme a la voluntad de Dios en mis decisiones diarias?
- ¿He caído en la soberbia al poner mis propios deseos por encima de los de Dios?
- ¿Recurro al Espíritu Santo para discernir mis acciones y pensamientos?
- ¿Practico la humildad cuando enfrento críticas o fracasos?
- ¿He sido tentado a la ira o al rencor cuando las cosas no salen como deseo?
- ¿He permitido que la envidia me aleje del amor y la caridad hacia los demás?
- ¿Me dejo llevar por la gula o por el desorden en mis hábitos alimenticios?
- ¿He sido perezoso en mi vida espiritual, descuidando la oración o los sacramentos?
- ¿Busco crecer en paciencia, aceptando las cruces y pruebas que Dios permite?
- ¿Me esfuerzo por controlar mis impulsos de lujuria y vivir en pureza?
- ¿Cultivo la gratitud hacia Dios por los dones que me ha dado, evitando la avaricia?
- ¿Confío en la Providencia Divina incluso en tiempos de dificultad?
- ¿Practico actos de caridad y misericordia hacia los demás como señal de conformidad con la voluntad de Dios?
- ¿Dedico tiempo a meditar la Palabra de Dios para conocer mejor Su voluntad?
- ¿Hago propósitos concretos para corregir mis defectos y avanzar en la santidad?
Este test te ayudará a reflexionar sobre cómo puedes mejorar tu vida de gracia y conformidad con la voluntad de Dios.