De la persona a la aldea global – Mariano Fazio

En un mundo cada vez más globalizado y complejo, se hace necesario reflexionar sobre el sentido de la existencia humana y su relación con los demás y con el entorno. El libro “De la persona a la aldea global” de Mariano Fazio ofrece una visión cristiana de la persona y de la sociedad, abordando temas tan actuales como la familia, la ecología, la economía, la política o la comunicación. Con un estilo claro y dialogante, el autor propone principios para construir una civilización más humana, basada en el respeto a la dignidad de cada persona y en la apertura a la trascendencia.

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De La Persona A La Aldea Global: 903 (dBolsillo)
  • De La Persona A La Aldea Global (dBolsillo nº 903)
  • Tapa blanda
  • CASTILLIAN
  • Palabra

Ficha técnica

  • Autor: Mariano Fazio
  • Temática: Antropología cristiana

Comentario del libro “De la persona a la aldea global”

La persona, centro y fin de la sociedad

El primer capítulo del libro se dedica a presentar la antropología cristiana, que considera a la persona como un ser único, libre, creativo, relacional y trascendente. Mariano Fazio explica que la persona tiene una intimidad, un “dentro”, que es fuente de originalidad y de comunicación. La persona es también libre, es decir, capaz de autodeterminarse según su conciencia y su voluntad. La libertad, sin embargo, no es un fin en sí misma, sino que se orienta al bien, a la verdad y a la belleza. La persona es también relacional, es decir, abierta a los demás, a la amistad, al amor y a la solidaridad. La persona, por último, es trascendente, es decir, que supera los límites del espacio y del tiempo y que busca un sentido último a su existencia. La antropología cristiana reconoce en la persona la imagen y semejanza de Dios, que la llama a participar de su vida y de su amor.

La cultura, el hábitat de la persona

El segundo capítulo del libro se ocupa de la cultura, entendida como el conjunto de valores, creencias, costumbres, lenguajes, artes y ciencias que configuran el modo de vivir de una comunidad humana. Mariano Fazio afirma que la cultura es el hábitat de la persona, el lugar donde desarrolla sus potencialidades y expresa su creatividad. La cultura es también el resultado de la interacción de la persona con su entorno, con su historia y con su tradición. La cultura, por tanto, no es algo estático, sino dinámico, que se enriquece con el aporte de cada generación. La cultura es también plural, es decir, que admite la diversidad de formas de expresión y de pensamiento, siempre que se respete la dignidad de la persona y el bien común. La cultura es, finalmente, trascendente, es decir, que apunta a una realidad superior, que es Dios, fuente y fin de toda cultura.

La familia, la primera comunidad natural

El tercer capítulo del libro se centra en la familia, que es la primera comunidad natural y la célula básica de la sociedad. Mariano Fazio sostiene que la familia se funda en el matrimonio, que es la unión estable y fiel de un hombre y una mujer, que se entregan mutuamente y que se abren a la vida. El matrimonio se basa en el amor, que es una decisión libre y responsable, que implica el compromiso y el sacrificio. El matrimonio es también una vocación, que responde al plan de Dios, que ha creado al hombre y a la mujer para que se complementen y se ayuden. El matrimonio es también una institución, que tiene una dimensión social y jurídica, que protege los derechos y deberes de los esposos y de los hijos. La familia es el lugar donde se transmite la vida, la fe, la educación, los valores y la cultura. La familia es también el ámbito donde se experimenta el amor, la alegría, el perdón, la solidaridad y la esperanza. La familia es, en definitiva, la escuela de humanidad, donde se aprende a ser persona y a ser ciudadano.

La ecología, el cuidado de la casa común

El cuarto capítulo del libro se dedica a la ecología, que es el estudio de las relaciones entre los seres vivos y su medio ambiente. Mariano Fazio señala que la ecología tiene una dimensión humana, que implica el respeto a la naturaleza, a la vida y a la dignidad de las personas. La ecología tiene también una dimensión social, que implica la búsqueda de la justicia, de la paz y del desarrollo integral de los pueblos. La ecología tiene, además, una dimensión espiritual, que implica el reconocimiento de Dios como creador y señor de todo lo que existe. El autor propone una ecología integral, que armonice las dimensiones humana, social y espiritual, y que promueva una cultura del cuidado, de la responsabilidad y de la gratitud.

La economía, el servicio al bien común

El quinto capítulo del libro se ocupa de la economía, que es la ciencia que estudia la producción, la distribución y el consumo de los bienes y servicios. Mariano Fazio afirma que la economía tiene una finalidad ética, que es el servicio al bien común, que es el conjunto de condiciones que permiten el desarrollo integral de las personas y de la sociedad. La economía tiene también una dimensión humana, que implica el reconocimiento de la dignidad, de la libertad y de la creatividad de las personas, que son los verdaderos protagonistas y agentes del desarrollo. La economía tiene, además, una dimensión social, que implica la solidaridad, la subsidiariedad y la participación de todos los sectores de la sociedad. El autor propone una economía social de mercado, que combine la iniciativa privada, la competencia, la eficiencia y la innovación, con la intervención pública, la regulación, la redistribución y la protección social.

La política, el arte de gobernar

El sexto capítulo del libro se centra en la política, que es el arte de gobernar, de organizar y de dirigir la convivencia social. Mariano Fazio sostiene que la política tiene una finalidad moral, que es el bien común, que es el fin último de toda acción política. La política tiene también una dimensión humana, que implica el respeto a la dignidad, a los derechos y a los deberes de las personas, que son los verdaderos sujetos y destinatarios de la política. La política tiene, además, una dimensión social, que implica la democracia, el estado de derecho, la separación de poderes, el pluralismo y el diálogo. El autor propone una política al servicio de la persona, que se inspire en los principios de la doctrina social de la Iglesia, que son la dignidad humana, el bien común, la solidaridad y la subsidiariedad.

La comunicación, el puente entre las personas

El séptimo y último capítulo del libro se dedica a la comunicación, que es el proceso de intercambio de información, de ideas, de sentimientos y de valores entre las personas. Mariano Fazio indica que la comunicación tiene una finalidad educativa, que es el desarrollo de la personalidad, de la cultura y de la sociedad. La comunicación tiene también una dimensión humana, que implica el uso de la razón, de la voluntad, de la imaginación y de la emoción, que son las facultades que permiten comunicar y comprender. La comunicación tiene, además, una dimensión social, que implica el uso de los medios de comunicación social, que son los instrumentos que facilitan y amplían la comunicación. El autor propone una comunicación al servicio de la verdad, del bien y de la belleza, que se base en el diálogo, en la honestidad, en el respeto y en la caridad.

Conclusión

El libro “De la persona a la aldea global” de Mariano Fazio es una obra de gran interés y actualidad, que ofrece una visión cristiana de la persona y de la sociedad, desde una perspectiva antropológica, cultural, familiar, ecológica, económica, política y comunicativa. El autor combina el rigor académico, la claridad expositiva, el diálogo con las fuentes y el testimonio personal, para presentar los principios y los valores que pueden orientar la acción de los cristianos en el mundo. El libro es una invitación a vivir la fe con coherencia, con esperanza y con alegría, y a contribuir al bien común, a la paz y a la fraternidad universal.

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