El alma del mundo – Roger Scruton

En un mundo cada vez más secularizado y materialista, ¿qué lugar queda para el alma humana? Esta es la pregunta que se plantea el filósofo británico Roger Scruton en su libro “El alma del mundo”, publicado por la editorial Rialp en su sección “Pensamiento actual”. En esta obra, Scruton defiende la existencia de una dimensión espiritual de la realidad, que no puede ser reducida a la ciencia ni al naturalismo, y que se manifiesta en el arte, la música, la religión, la moral y el amor. Scruton nos invita a redescubrir el sentido de lo sagrado, de lo que trasciende lo meramente físico y racional, y de lo que nos conecta con el misterio de la vida.

Ficha técnica

  • Autor: Roger Scruton
  • Temática: Filosofía, espiritualidad, cultura

Comentario del libro “El alma del mundo”

La crítica al naturalismo

Scruton comienza su libro cuestionando el naturalismo, la corriente filosófica que sostiene que todo lo que existe es natural y puede ser explicado por las leyes de la naturaleza. Según Scruton, el naturalismo es incapaz de dar cuenta de la experiencia humana, de lo que nos hace personas, de lo que nos mueve y nos emociona. El naturalismo niega la existencia del alma, entendida como el principio vital e inmaterial que nos distingue de los demás seres vivos, y que nos permite tener conciencia, libertad, voluntad y responsabilidad. El naturalismo también ignora la presencia de lo sagrado, de lo que nos eleva por encima de lo mundano y nos abre a la trascendencia.

La defensa del alma

Scruton, en cambio, afirma que el alma es una realidad que podemos conocer por la razón y por la fe, y que nos revela nuestra dignidad y nuestro destino. Scruton se apoya en la tradición filosófica y teológica occidental, especialmente en el pensamiento de Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino y Kant, para argumentar que el alma es la forma sustancial del cuerpo humano, la que le da unidad, identidad y finalidad. El alma es también la fuente de nuestra racionalidad, de nuestra capacidad de conocer la verdad y de actuar según el bien. El alma es, además, el reflejo de la imagen de Dios en nosotros, el que nos hace capaces de amar y de ser amados, de participar de su vida y de su gloria.

La manifestación de lo sagrado

Scruton dedica la mayor parte de su libro a explorar las distintas formas en que lo sagrado se manifiesta en el mundo, y cómo el alma humana puede percibirlo y responder a él. Scruton analiza el papel de la religión, el arte, la música, la moral y el amor como expresiones de lo sagrado, como vías de acceso a la realidad espiritual que nos rodea y nos interpela. Scruton defiende que la religión es una respuesta natural y legítima del ser humano a la presencia de Dios en el mundo, y que la fe cristiana es la que mejor revela el rostro de Dios y su amor por la humanidad. Scruton también sostiene que el arte y la música son formas de comunicar la belleza y la armonía del orden cósmico, y de despertar en nosotros el asombro y la admiración. Scruton afirma que la moral es la expresión de la ley natural inscrita en el corazón humano, y que nos orienta hacia el bien común y el respeto a la dignidad de cada persona. Scruton concluye que el amor es la máxima manifestación de lo sagrado, el que nos hace salir de nosotros mismos y entregarnos al otro, el que nos hace partícipes de la vida divina.

Conclusión

“El alma del mundo” es un libro que nos invita a reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia, sobre nuestra relación con Dios, con los demás y con el mundo. Scruton nos ofrece una visión integradora y coherente de la realidad, que no se deja seducir por el reduccionismo ni el relativismo, y que reconoce la dimensión espiritual de la vida. Scruton nos propone un camino de búsqueda y de encuentro con lo sagrado, con el alma del mundo, que es también el alma de cada uno de nosotros.

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