El embrión ficticio – Gonzalo Herranz
El embrión humano es el inicio de la vida de cada persona, y como tal merece el máximo respeto y protección. Sin embargo, en las últimas décadas se ha difundido una visión del embrión que lo reduce a un conjunto de células indiferenciadas, sin individualidad ni dignidad, y que lo somete a la manipulación y la experimentación. Esta visión se basa en argumentos biológicos que pretenden ser científicos, pero que en realidad son falsos o engañosos. En el libro “El embrión ficticio”, el profesor Gonzalo Herranz desmonta con rigor y claridad estos argumentos y defiende la verdad sobre el embrión humano.
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Ficha técnica
- Autor: Gonzalo Herranz, catedrático emérito de Anatomía Patológica y de Ética Médica de la Universidad de Navarra, miembro de la Academia Pontificia para la Vida y experto en bioética.
- Temática: Bioética, embriología, dignidad humana.
Comentario del libro “El embrión ficticio”
Un mito biológico
El libro se divide en dos partes. La primera parte se titula “Un mito biológico” y expone los principales argumentos que se han utilizado para negar el estatuto ético del embrión humano. Estos argumentos son:
- El embrión no es un individuo, sino una masa de células totipotentes que pueden dar lugar a varios individuos (gemelos) o a ninguno (quimeras).
- El embrión no es un ser humano, sino un prehumano o un subhumano, que carece de las características esenciales de la especie humana, como la forma corporal, el sistema nervioso o la capacidad de sentir y pensar.
- El embrión no es una persona, sino un mero proyecto o potencial de persona, que depende de la voluntad de los progenitores o de la sociedad para ser reconocido como tal.
El autor demuestra que estos argumentos son falsos o insuficientes, y que se basan en datos biológicos erróneos, incompletos o tergiversados. Por ejemplo, muestra que la totipotencia de las células embrionarias no implica la falta de individualidad del embrión, sino que es una propiedad transitoria que permite su desarrollo y adaptación al medio. También muestra que la forma y la función del embrión son propias de su etapa de desarrollo, y que no se puede juzgar su humanidad por criterios arbitrarios o discriminatorios. Y finalmente, muestra que la persona no es una categoría que se adquiere o se pierde, sino que es inherente a la naturaleza humana desde el momento de la concepción.
Una verdad olvidada
La segunda parte del libro se titula “Una verdad olvidada” y recupera la visión del embrión humano que se ha mantenido a lo largo de la historia y que se ha visto oscurecida por el mito biológico. Esta visión es:
- El embrión es un individuo, único e irrepetible, que se origina por la unión de dos gametos y que posee un código genético propio y distinto del de sus progenitores.
- El embrión es un ser humano, miembro de la especie humana, que comparte con todos los demás seres humanos la misma naturaleza y el mismo origen, y que se desarrolla de forma continua y coherente desde la concepción hasta la muerte natural.
- El embrión es una persona, sujeto de derechos y deberes, que tiene una dignidad intrínseca e inviolable, que no depende de su utilidad, de su calidad de vida o de la opinión de los demás, y que merece el respeto y el amor de todos.
El autor apoya esta visión en datos biológicos sólidos y actualizados, en la tradición filosófica y jurídica occidental, y en la enseñanza de la Iglesia católica, que ha defendido siempre la vida humana desde el primer instante de su existencia. También ofrece una serie de criterios y orientaciones para afrontar los problemas éticos que plantea el embrión humano en el ámbito de la reproducción asistida, la investigación biomédica y la legislación.
Conclusión
“El embrión ficticio” es un libro imprescindible para todos los que quieran conocer la verdad sobre el embrión humano y defenderla frente a los ataques que sufre en la cultura actual. El profesor Gonzalo Herranz realiza un trabajo de investigación y divulgación de gran valor, que combina la solvencia científica, la claridad expositiva y la fidelidad al magisterio de la Iglesia. El libro es una invitación a recuperar el sentido de la maravilla ante el misterio de la vida humana, y a comprometerse con su protección y promoción desde el primer momento de su concepción.