Gustando a Dios – J. Blas Pastor

“Gustando a Dios” es un libro que nos invita a conocer y saborear el amor de Dios por la humanidad y por la creación, a través de las imágenes del banquete que utiliza Ireneo de Lyon, uno de los padres de la Iglesia del siglo II. El autor, Joaquín Blas Pastor, es doctor en Teología y profesor de la Universidad Pontificia Comillas, y nos ofrece un estudio riguroso y profundo de la teología de Ireneo, que nos ayuda a comprender mejor el sentido de la historia, la libertad humana y la dignidad del cosmos.

Ficha técnica

  • Autor: Joaquín Blas Pastor
  • Temática: Teología patrística, espiritualidad cristiana, ecología integral
  • Editorial: Biblioteca de Autores Cristianos
  • Año de publicación: 2017
  • Número de páginas: 352

Comentario del libro “Gustando a Dios”

La imagen del banquete como clave hermenéutica

El libro se estructura en tres partes, que corresponden a las tres etapas del banquete que Ireneo describe: la invitación, la preparación y la celebración. En cada una de ellas, el autor analiza las diferentes imágenes que Ireneo utiliza para expresar el misterio de Dios y su relación con el hombre y el mundo. Así, encontramos imágenes como la del Padre que ofrece su vino al hijo pródigo, la del Hijo que se hace pan para alimentar a los hambrientos, la del Espíritu que unge con su óleo a los invitados, o la del Reino que se anticipa en el eucaristía.

Estas imágenes no son meras metáforas literarias, sino que revelan una profunda intuición teológica sobre el plan de Dios, que quiere compartir su vida y su gloria con sus criaturas. El banquete es una imagen que expresa la comunión, la alegría, la gratuidad y la plenitud del amor divino. También es una imagen que implica una respuesta humana, que consiste en aceptar la invitación, prepararse para el encuentro y celebrar con acción de gracias.

La relevancia actual de la teología de Ireneo

El autor no se limita a exponer las ideas de Ireneo, sino que las pone en diálogo con los desafíos actuales de la fe y la cultura. Así, muestra cómo la teología de Ireneo puede iluminar cuestiones como el sentido de la historia, la libertad humana, la dignidad del cosmos, el escándalo del mal, el valor de la encarnación o la esperanza escatológica.

Joaquín Blas Pastor destaca especialmente dos aspectos de la teología de Ireneo que son muy relevantes para nuestro tiempo: el concepto de recapitulación y el principio de economía. El concepto de recapitulación se refiere a la obra salvífica de Cristo, que asume y restaura toda la realidad creada en su persona. El principio de economía se refiere al modo en que Dios se revela y actúa en la historia, adaptándose a las condiciones y capacidades humanas. Estos dos aspectos muestran cómo Dios respeta y valora tanto la libertad humana como la materialidad del cosmos, y cómo quiere integrarlas en su proyecto amoroso.

La propuesta espiritual de Ireneo

El libro no solo tiene un valor teológico e histórico, sino también espiritual. El autor nos invita a leer a Ireneo desde una actitud creyente y orante, que nos permita gustar y ver lo bueno que es el Señor (Sal 34,9). La lectura de Ireneo nos ayuda a profundizar en nuestra fe y en nuestro amor a Dios y al prójimo. También nos ayuda a vivir con esperanza y alegría nuestra vocación cristiana en medio del mundo.

Joaquín Blas Pastor nos propone seguir el ejemplo de Ireneo, que vivió su fe con sencillez y fidelidad, sin dejarse llevar por el pesimismo o el fanatismo. Ireneo fue un hombre que amó a Dios, amó su carne y la nuestra. Amó una carne corruptible, pero creada por Dios. Creyó en un amor invencible, el del Creador hacia su criatura.

Conclusión

“Gustando a Dios” es un libro que nos ofrece una visión renovada y actualizada de la teología de Ireneo de Lyon, uno de los grandes maestros de la Iglesia antigua. El autor, Joaquín Blas Pastor, nos muestra cómo las imágenes del banquete que Ireneo utiliza para hablar de Dios y de su relación con el hombre y el mundo, pueden iluminar nuestra fe y nuestra espiritualidad. El libro es una invitación a conocer y saborear el amor de Dios, que nos llama a participar de su vida y de su gloria.

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