Historia de la filosofía antigua – I. Murillo

La filosofía antigua es una de las fuentes más importantes de la cultura occidental y de la tradición cristiana. Conocer sus orígenes, sus problemas, sus métodos y sus autores es imprescindible para comprender el pensamiento actual y dialogar con él desde una perspectiva creyente. El libro “Historia de la filosofía antigua” de Ildefonso Murillo ofrece una guía sencilla y rigurosa para recorrer ese mundo fascinante y complejo que se desarrolló en las costas del Mediterráneo desde el siglo VI a.C. hasta el VI d.C.

Rebajas
Historia de la filosofía antigua: 9 (SAPIENTIA RERUM)
  • HISTORIA DE LA FILOSOFIA ANTIGUA
  • Tipo de producto: ABIS_BOOK
  • Marca: Biblioteca Autores Cristianos
  • Murillo, Ildefonso(Autor)

Ficha técnica

  • Autor: Ildefonso Murillo, catedrático emérito de la Universidad Pontificia de Salamanca y experto en filosofía antigua y medieval.
  • Temática: Historia de la filosofía antigua, desde los presocráticos hasta los neoplatónicos, pasando por los clásicos griegos, los helenistas, los romanos y los padres de la Iglesia.

Comentario del libro “Historia de la filosofía antigua”

El libro se divide en cuatro partes, cada una dedicada a un período histórico y a sus principales escuelas y representantes. En cada parte, el autor expone de forma clara y didáctica los contextos culturales, políticos y religiosos que influyeron en el desarrollo de la filosofía, así como las principales ideas, conceptos y argumentos de los filósofos, ilustrados con citas textuales y referencias bibliográficas. Además, el autor ofrece una valoración crítica de las aportaciones y los límites de cada corriente filosófica, así como su relación con la fe cristiana y el magisterio de la Iglesia.

La filosofía presocrática

La primera parte del libro abarca desde el siglo VI a.C. hasta el siglo V a.C. y se centra en los filósofos que precedieron a Sócrates, conocidos como presocráticos. Estos filósofos se caracterizaron por buscar el principio o arjé de todas las cosas, así como por indagar sobre el origen y el orden del cosmos, la naturaleza y el conocimiento. Entre ellos se encuentran los milesios (Tales, Anaximandro y Anaxímenes), los pitagóricos (Pitágoras, Filolao y Arquitas), los eleáticos (Jenófanes, Parménides y Zenón), los pluralistas (Empédocles, Anaxágoras y Demócrito) y los sofistas (Protágoras, Gorgias y Pródico).

El autor destaca la importancia de estos filósofos para el nacimiento de la filosofía como una forma racional y crítica de explicar la realidad, frente al mito y la religión. Sin embargo, también señala sus limitaciones y contradicciones, como el monismo, el relativismo, el escepticismo y el materialismo. Asimismo, el autor muestra cómo algunos de estos filósofos tuvieron contactos con el pueblo judío y con la revelación bíblica, y cómo sus ideas influyeron en algunos padres de la Iglesia, como Clemente de Alejandría y Orígenes.

La filosofía clásica

La segunda parte del libro cubre el siglo V a.C. y el siglo IV a.C. y se dedica a los filósofos más célebres de la antigüedad: Sócrates, Platón y Aristóteles. Estos filósofos se distinguieron por centrar su atención en el ser humano, su moral, su política y su metafísica. Entre ellos se estableció un diálogo crítico y constructivo que dio lugar a las obras más influyentes de la historia de la filosofía.

El autor resalta la relevancia de estos filósofos para el desarrollo de la razón, la ética, la ciencia y la cultura. Sin embargo, también indica sus problemas y dificultades, como el dualismo, el idealismo, el realismo y el empirismo. Además, el autor muestra cómo estos filósofos tuvieron una gran influencia en el pensamiento cristiano, tanto en los padres de la Iglesia como en los escolásticos, y cómo fueron asumidos y depurados por el magisterio de la Iglesia, especialmente por Santo Tomás de Aquino.

La filosofía helenística y romana

La tercera parte del libro aborda el período que va desde el siglo IV a.C. hasta el siglo II d.C. y se ocupa de las escuelas filosóficas que surgieron tras la muerte de Aristóteles y la expansión del imperio macedonio y romano. Estas escuelas se caracterizaron por buscar la felicidad y la sabiduría práctica, así como por reflexionar sobre la naturaleza, la lógica y la teología. Entre ellas se encuentran el estoicismo (Zenón de Citio, Cleantes, Crisipo, Séneca, Epicteto y Marco Aurelio), el epicureísmo (Epicuro, Metrodoro, Lucrecio y Horacio), el escepticismo (Pirrón, Timón, Enesidemo, Sexto Empírico y Cicerón) y el eclecticismo (Plutarco, Filón de Alejandría y Marco Terencio Varrón).

El autor subraya el valor de estas escuelas para el cultivo de la vida interior, la virtud, la tolerancia y la paz. Sin embargo, también apunta sus insuficiencias y errores, como el fatalismo, el hedonismo, el agnosticismo y el sincretismo. Igualmente, el autor muestra cómo estas escuelas tuvieron una relación ambigua con el cristianismo, a veces de confrontación y a veces de colaboración, y cómo algunas de sus ideas fueron aprovechadas por los padres de la Iglesia, como San Agustín y San Ambrosio.

La filosofía neoplatónica y cristiana

La cuarta y última parte del libro comprende el período que va desde el siglo II d.C. hasta el siglo VI d.C. y se enfoca en las escuelas filosóficas que se desarrollaron en el contexto del declive del imperio romano y el auge del cristianismo. Estas escuelas se caracterizaron por retomar el platonismo y adaptarlo a las nuevas circunstancias históricas, culturales y religiosas, así como por dialogar con el judaísmo y el cristianismo. Entre ellas se encuentran el neoplatonismo (Plotino, Porfirio, Jámblico, Proclo y Damascio), el neopitagorismo (Numenio, Moderato y Nicómaco), el neopitagorismo cristiano (Justino, Clemente de Alejandría y Orígenes) y el neoplatonismo cristiano (Eusebio de Cesarea, Atanasio de Alejandría, Basilio de Cesarea, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisa, Juan Crisóstomo, Agustín de Hipona, Boecio y Dionisio Areopagita).

El autor enfatiza la importancia de estas escuelas para la profundización y la defensa de la fe cristiana, así como para la integración y la superación de la filosofía antigua. Sin embargo, también advierte de sus peligros y desviaciones, como el panteísmo, el gnosticismo, el maniqueísmo y el origenismo. Asimismo, el autor muestra cómo estas escuelas tuvieron una gran repercusión en el pensamiento cristiano posterior, tanto en el oriental como en el occidental, y cómo fueron valoradas y corregidas por el magisterio de la Iglesia, especialmente por los concilios ecuménicos.

Conclusión

El libro “Historia de la filosofía antigua” de Ildefonso Murillo es una obra de gran interés y utilidad para todos los que quieran conocer y comprender la filosofía antigua desde una perspectiva creyente y crítica. El autor ofrece una exposición clara, rigurosa y actualizada de los principales filósofos y escuelas de la antigüedad, así como una valoración crítica de sus aportaciones y sus límites, y una relación con la fe cristiana y el magisterio de la Iglesia. El libro es un excelente recurso para la formación filosófica y teológica, así como para el diálogo con la cultura contemporánea.

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