Iniquidad – Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña

Iniquidad: El nacimiento del Estado y la crueldad social en las primeras civilizaciones - Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña

En este libro, el autor nos ofrece una visión original y provocativa de cómo surgió el Estado y cómo este se relacionó con la violencia y la opresión social. Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña es catedrático de Historia Medieval en la Universidad CEU San Pablo y un reconocido experto en el estudio de las sociedades antiguas y medievales. En esta obra, fruto de años de investigación, nos plantea una tesis audaz y novedosa: el Estado no es una creación natural del ser humano, sino una imposición de una minoría dominante que se aprovechó de las crisis ecológicas, demográficas y económicas para someter a la mayoría de la población. El autor nos muestra cómo el Estado se convirtió en el principal agente de la iniquidad, es decir, de la injusticia y la crueldad socialmente aceptada contra víctimas desarmadas. El libro se basa en una amplia documentación histórica, arqueológica y antropológica, y se apoya en una metodología rigurosa y crítica. El autor también dialoga con otras disciplinas, como la sociología, la filosofía y la teología, y confronta su tesis con la doctrina de la Iglesia Católica sobre la naturaleza y el origen del Estado.

Ficha técnica

  • Autor: Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña
  • Temática: Historia

Comentario de “Iniquidad”

El Estado como una imposición violenta

El autor sostiene que el Estado no es una consecuencia natural del desarrollo humano, sino una respuesta violenta a una situación de crisis. Según el autor, el Estado se originó en las primeras civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, China e India, entre el IV y el III milenio a.C., cuando una serie de factores ecológicos, demográficos y económicos provocaron una escasez de recursos y una competencia por el control de los mismos. En este contexto, una minoría de élites guerreras, sacerdotales y administrativas se impuso por la fuerza a la mayoría de la población, que vivía en comunidades agrícolas y pastoriles. El autor nos muestra cómo estas élites crearon una serie de instituciones, como la monarquía, la burocracia, el ejército, la religión y la escritura, para legitimar y consolidar su poder. El autor también nos explica cómo estas instituciones generaron una serie de desigualdades sociales, políticas, económicas y culturales, que se tradujeron en una explotación, una opresión y una violencia sistemáticas contra los sectores más vulnerables de la sociedad, como los campesinos, los esclavos, las mujeres, los niños, los extranjeros y los disidentes.

El Estado como el principal agente de la iniquidad

El autor afirma que el Estado no solo fue el origen de la violencia y la opresión social, sino también el principal agente de la iniquidad, es decir, de la injusticia y la crueldad socialmente aceptada contra víctimas desarmadas. El autor nos ofrece una serie de ejemplos históricos que ilustran cómo el Estado practicó y fomentó la iniquidad en diferentes ámbitos: la guerra, la esclavitud, el tributo, el derecho, la religión, la cultura y la ideología. El autor nos revela cómo el Estado utilizó la violencia y la coerción para someter a sus enemigos, para explotar a sus súbditos, para castigar a los infractores, para imponer su voluntad, para manipular la conciencia, para controlar el conocimiento y para justificar su dominio. El autor también nos muestra cómo el Estado creó una serie de mecanismos, como la propaganda, la ritualización, la sacralización y la racionalización, para hacer que la iniquidad fuera percibida como algo normal, natural y necesario por la sociedad. El autor nos advierte de cómo la iniquidad se convirtió en un fenómeno histórico universal, que se perpetuó y se reprodujo a lo largo de los siglos, y que afectó a todas las civilizaciones y a todos los pueblos.

El Estado como un desafío ético y teológico

El autor plantea que el Estado no solo es un problema histórico, sino también un desafío ético y teológico. El autor nos invita a reflexionar sobre el sentido y el valor del Estado, y sobre la responsabilidad que tenemos los seres humanos de construir una sociedad más justa y más humana. El autor nos propone una serie de criterios, basados en la razón, la conciencia y la fe, para evaluar y criticar el Estado, y para proponer alternativas al mismo. El autor también dialoga con la doctrina de la Iglesia Católica, que reconoce el papel del Estado como una institución necesaria para el bien común, pero que también denuncia los abusos y las injusticias que el Estado puede cometer contra la dignidad y los derechos de las personas. El autor nos recuerda que el Estado no es un fin en sí mismo, sino un medio al servicio de la humanidad, y que el Estado debe estar sometido a la ley moral y a la ley divina.

Conclusión final

El libro “Iniquidad: El nacimiento del Estado y la crueldad social en las primeras civilizaciones” es una obra imprescindible para entender cómo ha influido el nacimiento del Estado, de las instituciones y de la propia civilización en la historia del sufrimiento del ser humano. El autor, Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña, es catedrático de Historia Medieval en la Universidad CEU San Pablo y un reconocido experto en el estudio de las sociedades antiguas y medievales. En esta obra, fruto de años de investigación, nos plantea una tesis audaz y novedosa: el Estado no es una creación natural del ser humano, sino una imposición de una minoría dominante que se aprovechó de las crisis ecológicas, demográficas y económicas para someter a la mayoría de la población. El autor nos muestra cómo el Estado se convirtió en el principal agente de la iniquidad, es decir, de la injusticia y la crueldad socialmente aceptada contra víctimas desarmadas. El libro se basa en una amplia documentación histórica, arqueológica y antropológica, y se apoya en una metodología rigurosa y crítica. El autor también dialoga con otras disciplinas, como la sociología, la filosofía y la teología, y confronta su tesis con la doctrina de la Iglesia Católica sobre la naturaleza y el origen del Estado. El libro es un ejemplo de cómo combinar rigor académico con sensibilidad humana. El libro es una invitación a reflexionar sobre el sentido y el valor del Estado, y sobre la responsabilidad que tenemos los seres humanos de construir una sociedad más justa y más humana. El libro es una obra de referencia para todos los interesados en profundizar en este tema.

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