Introducción a la filosofía cristiana – Étienne Gilson

En este comentario vamos a analizar el libro “Introducción a la filosofía cristiana” de Étienne Gilson, uno de los más grandes filósofos y medievalistas del siglo XX. Se trata de una obra breve pero profunda, en la que el autor expone su visión personal de la filosofía cristiana, centrada en la metafísica de santo Tomás de Aquino. El libro es una excelente introducción al pensamiento de Gilson y de Tomás, así como a las cuestiones fundamentales de la filosofía cristiana.

Introducción a la filosofía cristiana: Prólogo de Juan Miguel Palacios (Ensayo)
  • Introducción a la filosofía cristiana: Prólogo de Juan Miguel Palacios (Ensayo)
  • Tipo de producto: ABIS_BOOK
  • Gilson, Étienne(Autor)

Ficha técnica

  • Autor: Étienne Gilson (1884-1978), filósofo e historiador francés, especialista en filosofía medieval y tomista, miembro de la Academia francesa y fundador del Instituto Pontificio de Estudios Medievales de Toronto.
  • Temática: Filosofía cristiana, metafísica, tomismo, relación entre fe y razón, ser y esencia, Dios y la creación.

Comentario del libro “Introducción a la filosofía cristiana”

La filosofía cristiana en general

Gilson comienza su libro planteando la cuestión de si existe una filosofía cristiana, es decir, una filosofía que sea propia y específica de los cristianos. Para responder a esta pregunta, el autor distingue entre dos sentidos de la expresión “filosofía cristiana”: uno histórico y otro doctrinal. En el sentido histórico, la filosofía cristiana es el conjunto de las filosofías que han sido elaboradas por los cristianos a lo largo de la historia, desde los padres de la Iglesia hasta nuestros días. En este sentido, la filosofía cristiana es una realidad indiscutible, que se manifiesta en la diversidad y la riqueza de las escuelas y los autores cristianos. En el sentido doctrinal, la filosofía cristiana es la filosofía que está en armonía con la fe cristiana, que respeta sus dogmas y que se inspira en su espíritu. En este sentido, la filosofía cristiana es una exigencia y una aspiración, que requiere un discernimiento y una fidelidad constantes.

Gilson defiende la existencia y la legitimidad de la filosofía cristiana en ambos sentidos, frente a las objeciones de los que la niegan o la desprecian. Por un lado, rechaza el escepticismo de los que afirman que la filosofía cristiana es una contradicción en los términos, ya que la filosofía es una actividad racional y autónoma, mientras que el cristianismo es una religión revelada y dogmática. Gilson sostiene que la filosofía cristiana no es una subordinación de la razón a la fe, sino una colaboración entre ambas, que se enriquecen mutuamente. Por otro lado, rechaza el dogmatismo de los que pretenden que la filosofía cristiana es una doctrina única y definitiva, que se identifica con la de algún autor o escuela determinados. Gilson afirma que la filosofía cristiana es una búsqueda abierta y plural, que respeta la libertad y la diversidad de los filósofos cristianos, siempre que se mantengan fieles a la verdad revelada.

La metafísica de Tomás de Aquino

Gilson dedica la segunda parte de su libro a exponer la metafísica de Tomás de Aquino, a la que considera el mejor ejemplo y la más alta expresión de la filosofía cristiana. Según Gilson, Tomás de Aquino logró realizar una síntesis original y genial entre la filosofía griega, especialmente la de Aristóteles, y la teología cristiana, especialmente la de san Agustín. El resultado fue una metafísica que se basa en el principio de que el ser es lo primero que se capta por la inteligencia, y que se ocupa de estudiar las causas y los principios de todo lo que existe. La metafísica de Tomás de Aquino se caracteriza por su realismo, su racionalidad, su coherencia y su apertura a la trascendencia.

Gilson explica los conceptos clave de la metafísica de Tomás de Aquino, como el acto y la potencia, la esencia y la existencia, la sustancia y el accidente, la forma y la materia, la causa y el efecto, la analogía y la participación, la naturaleza y la gracia, la creación y la providencia, el conocimiento y el amor. Gilson muestra cómo estos conceptos permiten a Tomás de Aquino dar cuenta de la realidad del mundo, del hombre y de Dios, así como de la relación entre ellos. Gilson destaca la originalidad y la relevancia de la metafísica de Tomás de Aquino, que no se limita a repetir las ideas de sus predecesores, sino que las renueva y las supera, y que no se cierra en sí misma, sino que se abre al misterio de Dios, que se revela como el Ser por excelencia, el que es.

La interpretación de Gilson

Gilson concluye su libro presentando su propia interpretación de la metafísica de Tomás de Aquino, que se basa en la distinción entre el ser y la esencia. Según Gilson, esta distinción es el núcleo y la clave de la filosofía de Tomás de Aquino, que la utiliza para resolver los problemas más difíciles y profundos de la metafísica. Gilson afirma que la distinción entre el ser y la esencia es una intuición genial de Tomás de Aquino, que le permite superar las limitaciones y las contradicciones de las filosofías anteriores, y que le lleva a descubrir la primacía y la universalidad del ser, que es el fundamento y el fin de todo lo que existe.

Gilson defiende su interpretación frente a las críticas y las objeciones de otros autores, que la consideran errónea o exagerada. Gilson argumenta que su interpretación es fiel al pensamiento de Tomás de Aquino, que la apoya con numerosas citas y textos del Aquinate, y que la confirma con la historia y la evolución de la filosofía posterior. Gilson reconoce que su interpretación no es la única posible, ni la definitiva, sino una contribución personal y provisional, que invita al diálogo y al debate, y que busca profundizar y difundir la filosofía cristiana.

Conclusión

El libro de Gilson es una obra maestra de la filosofía cristiana, que nos introduce de forma clara y profunda en la metafísica de Tomás de Aquino, y que nos ofrece una interpretación personal y original de la misma. Se trata de un libro breve pero denso, que requiere una lectura atenta y reflexiva, pero que recompensa con creces al lector interesado. El libro es una muestra de la sabiduría y la erudición de Gilson, que nos transmite su pasión y su admiración por la filosofía cristiana, y que nos invita a seguir su ejemplo y su enseñanza.

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