IV Tiempo Cuaresmal Ciclo «B»

tiempo cuaresmal

Lecturas de este domingo

  • Primera lectura: 2 Crónicas 36, 14-16. 19-23
  • Salmo: 136, 1-2. 3. 4. 5. 6
  • Segunda lectura: Efesios 2, 4-10
  • Evangelio: Juan 3, 14-21

Notas para la reflexión

Las lecturas de este domingo nos hablan del amor de Dios, que no se cansa de perdonar y de salvar a su pueblo, a pesar de sus infidelidades y pecados. También nos invitan a la alegría, porque estamos llamados a vivir como hijos de la luz, gracias a la gracia de Cristo.

  • La primera lectura nos narra el final de la historia de Israel, que fue llevado al destierro por su rebeldía contra Dios y su desobediencia a los profetas. Sin embargo, Dios no los abandona, sino que les envía a Ciro, rey de Persia, para que les permita volver a su tierra y reconstruir el templo. Así se cumple la palabra de Jeremías, que anunció un tiempo de restauración después de setenta años de cautiverio. Dios es fiel a su alianza, aunque el pueblo le haya sido infiel.
  • El salmo es un canto de nostalgia y de esperanza de los exiliados, que recuerdan con dolor su patria y su culto. A pesar de la tristeza, no pierden la confianza en Dios, que les prometió volver a Jerusalén. El salmo expresa el anhelo de todo creyente, que vive en el destierro de este mundo, pero espera la patria definitiva del cielo.
  • La segunda lectura nos presenta el contraste entre nuestra situación antes y después de Cristo. Antes estábamos muertos por el pecado, sin esperanza y sin Dios. Ahora estamos vivos, resucitados y sentados en el cielo con Cristo, por pura gracia y misericordia de Dios. No es por nuestras obras, sino por la fe, que somos salvados. Somos obra de Dios, creados en Cristo para las buenas obras. Nuestra vida debe ser un testimonio de gratitud y de amor a Dios, que nos ha regalado tanto.
  • El evangelio nos muestra el diálogo de Jesús con Nicodemo, un fariseo que busca la verdad. Jesús le revela el misterio de su persona y de su misión: él es el Hijo de Dios, que ha venido al mundo para salvarlo, no para condenarlo. Para ello, debe ser levantado en la cruz, como la serpiente de bronce en el desierto, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Este es el núcleo del evangelio, el mensaje más importante y más bello que podemos escuchar y anunciar. Dios nos ama con un amor infinito, que se manifiesta en la cruz de Cristo, donde se ofrece por nosotros. La respuesta que se espera de nosotros es la fe, que nos hace nacer de nuevo y entrar en el reino de Dios. La fe implica también una opción: acoger la luz o permanecer en las tinieblas, hacer la verdad o hacer el mal. Quien cree en Jesús se acerca a la luz, porque sus obras son hechas según Dios. Quien no cree en él se queda en las tinieblas, porque sus obras son malas y no quiere que se descubran.

Mensaje de fe

Creer en Jesús es creer en el amor de Dios, que nos ha dado a su Hijo único para que tengamos vida eterna. Es aceptar el don de la gracia, que nos hace hijos de Dios y nos salva del pecado y de la muerte. Es confiar en su palabra, que es espíritu y vida, y que nos revela el misterio de Dios y de nosotros mismos. Es seguir sus pasos, que nos conducen al Padre, por el camino de la cruz y de la resurrección.

Mensaje de esperanza

Esperar en Jesús es esperar en el poder de Dios, que puede sacar vida de la muerte, luz de las tinieblas, bien del mal. Es esperar en la fidelidad de Dios, que no nos abandona ni nos deja solos, sino que nos acompaña y nos consuela en las pruebas. Es esperar en la promesa de Dios, que nos ha preparado una morada eterna, donde podremos verlo cara a cara y gozar de su gloria.

Mensaje de caridad

Amar a Jesús es amar al Padre, que lo ha enviado, y al Espíritu, que lo ungió. Es amar a la Iglesia, que es su cuerpo y su esposa, y a los hermanos, que son sus miembros y sus hijos. Es amar al mundo, que es su creación y su redención, y a los pobres, que son sus preferidos y sus enviados. Es amar con el mismo amor con que él nos ha amado, un amor que se entrega, que se sacrifica, que se hace servicio.

Características

  • Duración aproximada de la homilía: 13 minutos
  • Sujetos hacia quién va dirigida: adultos, jóvenes y niños que participan en la eucaristía dominical
  • Frase conclusiva: Dios nos ama tanto, que nos ha dado a su Hijo único, para que tengamos vida eterna. Creemos en él, esperamos en él y amamos con él. Así seremos hijos de la luz y no de las tinieblas. Así celebraremos con alegría la Pascua de la Resurrección.

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