Las virtudes fundamentales – Josef Pieper
En este comentario se analiza el libro “Las virtudes fundamentales” de Josef Pieper, un clásico de la filosofía moral cristiana. Se trata de una obra que expone de forma clara y profunda la doctrina de las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. El autor se basa en la tradición de los Padres de la Iglesia y de los grandes pensadores medievales, especialmente Santo Tomás de Aquino, para mostrar la relevancia y la actualidad de estas virtudes en la vida humana.
Ficha técnica
- Autor: Josef Pieper
- Temática: Filosofía moral cristiana
Comentario del libro “Las virtudes fundamentales”
La prudencia
La prudencia es la virtud que dirige el obrar humano hacia el bien, mediante el conocimiento de la realidad y el discernimiento de las circunstancias. Pieper afirma que la prudencia no es una mera astucia o habilidad, sino una sabiduría práctica que implica una actitud de apertura a la verdad, una disposición a escuchar y a aprender, y una capacidad de decidir y de ejecutar lo decidido. La prudencia requiere también una memoria fiel, una docilidad al consejo, una previsión de las consecuencias y una atención al momento oportuno. La prudencia es la virtud que hace al hombre libre y responsable, y que le permite orientar su vida según el plan de Dios.
La justicia
La justicia es la virtud que regula las relaciones del hombre con los demás, según el principio de dar a cada uno lo suyo. Pieper explica que la justicia no se reduce a una mera observancia de las leyes o de los contratos, sino que implica una actitud de respeto y de amor al prójimo, que reconoce su dignidad y sus derechos. La justicia se manifiesta en las diversas dimensiones de la convivencia humana: la justicia conmutativa, que regula los intercambios entre las personas; la justicia distributiva, que asigna los bienes comunes según el mérito y la necesidad; la justicia legal, que ordena el bien común de la sociedad; y la justicia social, que promueve la participación y la solidaridad de todos los miembros de la comunidad. La justicia es la virtud que hace al hombre justo y pacífico, y que le permite colaborar con el orden establecido por Dios.
La fortaleza
La fortaleza es la virtud que sostiene al hombre en las dificultades y en los peligros, para que no se aparte del bien. Pieper señala que la fortaleza no es una simple valentía o resistencia, sino una firmeza de ánimo que se apoya en la confianza en Dios y en la esperanza del bien supremo. La fortaleza se expresa en dos actitudes complementarias: la paciencia, que soporta los males sin desesperar ni rebelarse; y el valor, que afronta los riesgos sin temer ni huir. La fortaleza implica también una moderación de los impulsos, una prudencia en el uso de la fuerza y una disposición al sacrificio y al martirio. La fortaleza es la virtud que hace al hombre fuerte y valeroso, y que le permite seguir el camino de la santidad.
La templanza
La templanza es la virtud que modera los deseos y los placeres del hombre, para que no se opongan al bien. Pieper muestra que la templanza no es una mera restricción o represión, sino una armonización y una integración de las facultades humanas. La templanza se refiere especialmente a los bienes sensibles, como la comida, la bebida, el sexo, el descanso, el ocio, etc., y busca el equilibrio entre el exceso y el defecto, entre la indulgencia y la austeridad, entre el gozo y la renuncia. La templanza supone también una pureza de corazón, una sobriedad de vida y una humildad de espíritu. La templanza es la virtud que hace al hombre moderado y casto, y que le permite vivir según la dignidad de su naturaleza.
Conclusión
El libro “Las virtudes fundamentales” de Josef Pieper es una obra maestra de la filosofía moral cristiana, que ofrece una visión integral y profunda de las cuatro virtudes cardinales. El autor combina la fidelidad a la tradición clásica y cristiana con la originalidad de su pensamiento y la claridad de su estilo. El libro es una invitación a cultivar estas virtudes, que son el fundamento de la moralidad y de la felicidad humanas, y que nos acercan a Dios, fuente y fin de todo bien.