Por una política del bien común – J. L. Martínez

En un mundo cada vez más globalizado y complejo, donde los problemas sociales, económicos y ambientales se multiplican y se interrelacionan, surge la necesidad de buscar soluciones que promuevan el bien común de la humanidad. ¿Qué es el bien común? ¿Cómo se puede lograr? ¿Qué papel juega la política en este proceso? Estas son algunas de las preguntas que aborda el autor de este libro, J. L. Martínez, desde una perspectiva cristiana y con una visión integral y esperanzada.

Ficha técnica

  • Autor: J. L. Martínez es doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y profesor titular de Teoría Política en la Universidad Pontificia Comillas. Ha publicado numerosos artículos y libros sobre ética, política y religión, entre los que destacan “La democracia cristiana en España” (2004), “La política como vocación” (2007) y “La Iglesia en la sociedad democrática” (2011).
  • Temática: El libro se enmarca en el ámbito de la filosofía política y la teología moral, y tiene como objetivo ofrecer una reflexión sobre el sentido y la práctica de la política al servicio del bien común, entendido como el conjunto de condiciones que permiten a las personas y a los grupos sociales desarrollar plenamente su dignidad y sus potencialidades.

Comentario del libro “Por una política del bien común”

El libro se divide en cuatro capítulos, que se corresponden con las cuatro partes del Catecismo de la Iglesia Católica: el credo, los sacramentos, la moral y la oración. En cada uno de ellos, el autor expone los principios y los valores que orientan la acción política desde una fe comprometida con la realidad.

El credo: la política como respuesta a Dios

En el primer capítulo, el autor parte de la afirmación de que Dios es el creador y el señor de la historia, y que su proyecto para la humanidad es un proyecto de amor, justicia y paz. Por tanto, la política no es una actividad meramente humana, sino una respuesta a Dios y a su voluntad salvífica. El autor destaca el papel de Jesucristo como modelo e inspiración para los políticos cristianos, que deben seguir su ejemplo de servicio, humildad y entrega a los demás, especialmente a los más pobres y marginados. Asimismo, resalta la importancia de la Iglesia como comunidad de creyentes que acompaña, ilumina y anima a los fieles laicos en su misión política.

Los sacramentos: la política como expresión de la gracia

En el segundo capítulo, el autor reflexiona sobre el sentido sacramental de la política, entendida como una forma de participar en la gracia de Dios que actúa en el mundo. El autor explica cómo los sacramentos fortalecen la identidad y la vocación de los políticos cristianos, que deben vivir su compromiso político como una expresión de su fe bautismal, su confirmación en el Espíritu Santo, su comunión eucarística, su reconciliación con Dios y con los hermanos, su matrimonio o su ordenación sacerdotal. Además, señala cómo los sacramentos ayudan a superar las tentaciones y los desafíos que se presentan en el ejercicio de la política, como el poder, el dinero, la corrupción o el desánimo.

La moral: la política como realización del bien

En el tercer capítulo, el autor aborda las cuestiones morales que plantea la política como actividad orientada al bien común. El autor presenta los criterios éticos que deben guiar la acción política desde una perspectiva cristiana, basados en el reconocimiento de la dignidad humana, el respeto a los derechos humanos, la defensa de la vida desde su concepción hasta su fin natural, la promoción de la justicia social, el cuidado de la creación, el fomento de la solidaridad internacional y el diálogo intercultural e interreligioso. Asimismo, propone algunas virtudes que deben caracterizar al político cristiano, como la prudencia, la fortaleza, la templanza, la justicia, la fe, la esperanza y la caridad.

La oración: la política como encuentro con Dios

En el cuarto y último capítulo, el autor subraya la dimensión espiritual de la política, que requiere de una actitud de oración y de confianza en Dios. El autor explica cómo la oración es una fuente de inspiración, de discernimiento, de fortaleza y de consuelo para el político cristiano, que debe cultivar su relación personal con Dios y con su Palabra. Además, indica cómo la oración favorece la comunión con los demás, el perdón de las ofensas, la gratitud por los dones recibidos y la alabanza por las obras realizadas.

Conclusión

El libro “Por una política del bien común” de J. L. Martínez es una obra valiosa y oportuna, que ofrece una visión integral y esperanzada de la política desde una fe creyente y comprometida. El autor combina con acierto el rigor académico con la claridad expositiva, y apoya sus argumentos en fuentes diversas, como la Biblia, el magisterio de la Iglesia, el pensamiento de los padres de la Iglesia y de los santos, y el testimonio de políticos cristianos ejemplares. El libro es una invitación a reflexionar sobre el sentido y la práctica de la política al servicio del bien común, y a asumir el desafío de ser testigos del Evangelio en el ámbito público.

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