Silencio. Experiencia mística de la presencia de Dios – A. M.ª Cànopi

El silencio es una dimensión esencial de la vida espiritual, pero también una de las más difíciles de cultivar en nuestro mundo ruidoso y agitado. ¿Cómo podemos encontrar el silencio interior que nos permite escuchar la voz de Dios y entrar en comunión con Él? ¿Qué significa el silencio para la experiencia mística cristiana? Estas son algunas de las preguntas que aborda la autora de este libro, Anna Maria Cànopi, una monja benedictina que dedicó su vida a la oración, el estudio y la escritura.

Ficha técnica

  • Autor: Anna Maria Cànopi (1931-2019), fundadora del Monasterio Mater Ecclesiae, del que fue abadesa durante cuarenta y cinco años, es ampliamente conocida como autora de varios libros sobre espiritualidad bíblica y monástica, además de ser considerada una destacada estudiosa de la literatura patrística.
  • Temática: Espiritualidad, mística, silencio, presencia de Dios.

Comentario del libro “Silencio. Experiencia mística de la presencia de Dios”

El libro se compone de diez capítulos breves, cada uno de los cuales se centra en un aspecto del silencio y su relación con la experiencia mística. La autora parte de la Biblia, especialmente del Antiguo Testamento, para mostrar cómo el silencio es el espacio donde Dios se revela y se comunica con el hombre. A continuación, recorre la historia de la espiritualidad cristiana, desde los Padres de la Iglesia hasta los místicos medievales y modernos, para ilustrar cómo el silencio ha sido el camino de muchos santos y maestros de la vida interior. Finalmente, ofrece algunas sugerencias prácticas para vivir el silencio en la vida cotidiana, tanto en la oración como en la acción.

El silencio bíblico

El primer capítulo del libro se titula “El silencio bíblico”. En él, la autora explica que el silencio no es una simple ausencia de ruido, sino una actitud de escucha y de acogida de la Palabra de Dios. El silencio es el lenguaje de Dios, que habla al corazón del hombre con una voz suave y delicada, como la de una brisa ligera (1 Re 19,12). El silencio es también el lenguaje del hombre, que responde a Dios con la fe, la adoración y el amor. El silencio es, por tanto, un diálogo entre Dios y el hombre, que se realiza en el fondo del alma.

La autora cita varios ejemplos bíblicos de personas que vivieron el silencio como una experiencia de encuentro con Dios, como Abraham, Moisés, Elías, María, José, Juan el Bautista y Jesús. Todos ellos tuvieron que dejar atrás el ruido del mundo, sus propios planes y deseos, para entrar en el desierto, la montaña, la cueva, el establo, el calvario, donde Dios les habló y les manifestó su voluntad. El silencio bíblico es, pues, un silencio de obediencia, de disponibilidad, de confianza, de entrega.

El silencio en la tradición cristiana

El segundo capítulo del libro se titula “El silencio en la tradición cristiana”. En él, la autora hace un recorrido por la historia de la espiritualidad cristiana, desde los Padres de la Iglesia hasta los místicos medievales y modernos, para mostrar cómo el silencio ha sido el camino de muchos santos y maestros de la vida interior. El silencio es el medio para alcanzar la contemplación, es decir, la visión y el conocimiento de Dios por el amor. El silencio es también el fruto de la contemplación, que se expresa en la alabanza, la acción de gracias y el testimonio.

La autora cita varios autores que han escrito sobre el silencio y la mística, como san Agustín, san Gregorio Magno, san Juan Crisóstomo, san Basilio, san Benito, san Bernardo, san Francisco de Asís, santa Clara, san Buenaventura, santo Tomás de Aquino, santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz, santa Catalina de Siena, santa Teresa de Lisieux, san Juan Pablo II, entre otros. Todos ellos coinciden en que el silencio es una condición indispensable para la oración, la unión con Dios y la transformación del corazón. El silencio es, pues, un silencio de contemplación, de amor, de santidad.

El silencio en la vida cotidiana

El tercer capítulo del libro se titula “El silencio en la vida cotidiana”. En él, la autora ofrece algunas sugerencias prácticas para vivir el silencio en la vida cotidiana, tanto en la oración como en la acción. El silencio no es una fuga del mundo, sino una presencia atenta y amorosa en medio de él. El silencio no es una renuncia a la comunicación, sino una comunicación más profunda y auténtica con Dios y con los demás. El silencio no es una pasividad, sino una actividad fecunda y creativa.

La autora propone algunos medios para cultivar el silencio, como la lectura de la Biblia, la meditación, la liturgia, el rosario, la adoración eucarística, el examen de conciencia, el retiro espiritual, la dirección espiritual, el ayuno, la penitencia, la caridad, el trabajo, el descanso, el arte, la música, la naturaleza, etc. Todos ellos son ocasiones para entrar en el silencio interior, donde Dios nos espera y nos habla. El silencio es, pues, un silencio de oración, de acción, de presencia.

Conclusión

El libro “Silencio. Experiencia mística de la presencia de Dios” de Anna Maria Cànopi es una obra breve pero profunda, que nos invita a redescubrir el valor y la belleza del silencio en nuestra vida cristiana. El silencio es el espacio donde Dios se revela y se comunica con nosotros, donde podemos escuchar su voz y responderle con nuestro amor. El silencio es el camino para la contemplación, la unión con Dios y la transformación del corazón. El silencio es el medio y el fruto de la vida mística, que nos hace partícipes de la presencia de Dios en nosotros y en el mundo.

El libro es una síntesis de la espiritualidad bíblica y monástica, que la autora vivió y transmitió con su ejemplo y sus escritos. Es un libro que se puede leer con facilidad, pero que requiere una actitud de apertura y de búsqueda, de silencio y de oración. Es un libro que nos ayuda a entrar en el misterio de Dios, que es silencio y amor.

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