Actitudes morales fundamentales – Dietrich von Hildebrand
“Actitudes morales fundamentales” es un libro del filósofo y teólogo católico Dietrich von Hildebrand, que ofrece una síntesis de su obra mayor, Ética. En él, el autor expone nueve actitudes que considera esenciales para una vida plena y coherente con la fe cristiana. Se trata de un texto breve pero profundo, que invita a la reflexión y al compromiso moral.
- Actitudes morales fundamentales (Biblioteca Palabra)
- Tapa blanda
- Lengua: Espanol
- 192 páginas
Ficha técnica
- Autor: Dietrich von Hildebrand
- Temática: Ética cristiana
Comentario del libro “Actitudes morales fundamentales”
La reverencia
La primera actitud que propone Hildebrand es la reverencia, que consiste en el reconocimiento y el respeto hacia el valor intrínseco de las personas, las cosas y los acontecimientos. La reverencia nos abre la puerta al mundo de los valores, que trasciende el ámbito de lo útil y lo placentero. La reverencia es también la base de la relación con Dios, que es el Valor supremo y el origen de todos los demás.
La fidelidad
La segunda actitud es la fidelidad, que implica una respuesta permanente y constante a los valores que nos comprometen. La fidelidad nos da firmeza y coherencia ante las dificultades y las tentaciones que pueden hacer tambalear nuestra adhesión a los valores. La fidelidad se manifiesta especialmente en el matrimonio, la amistad, la profesión y la fe.
La responsabilidad
La tercera actitud es la responsabilidad, que supone ser conscientes de las exigencias del mundo de los valores y de las consecuencias de nuestras acciones. Ser responsables significa rendir cuentas ante alguien superior, que es Dios, y ante los demás, que son nuestros prójimos. La responsabilidad nos lleva a actuar con rectitud, justicia y caridad.
La veracidad
La cuarta actitud es la veracidad, que se refiere a la conformidad entre nuestro pensamiento, nuestra palabra y nuestra acción. La veracidad es la condición para que las demás actitudes sean auténticas y no simuladas. La veracidad nos hace transparentes y confiables, y nos permite comunicarnos con sinceridad y claridad.
La bondad
La quinta actitud es la bondad, que es el núcleo de todo el reino de los valores morales. La bondad es la disposición a querer y hacer el bien, tanto a nosotros mismos como a los demás. La bondad implica generosidad, benevolencia, compasión y perdón. La bondad es también la participación en la bondad de Dios, que es la fuente de todo bien.
La comunión
La sexta actitud es la comunión, que es el valor opuesto al egoísmo y al aislamiento. La comunión es la capacidad de entrar en relación con los demás, de compartir sus alegrías y sus penas, de colaborar en sus proyectos y de apoyarlos en sus necesidades. La comunión es también la expresión de la unidad y la diversidad de la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo.
La esperanza
La séptima actitud es la esperanza, que es la virtud teologal que nos hace confiar en las promesas de Dios y en su ayuda. La esperanza nos da la certeza de que nuestro destino final es la vida eterna, y nos anima a perseverar en el camino de la santidad. La esperanza nos hace ver el sentido de las pruebas y los sufrimientos, y nos llena de alegría y paz.
La humildad
La octava actitud es la humildad, que es la virtud que nos hace reconocer nuestra verdad ante Dios y ante los demás. La humildad nos hace conscientes de nuestra pequeñez, de nuestra dependencia, de nuestra fragilidad y de nuestra necesidad de gracia. La humildad es el fundamento de las demás virtudes, y nos libera del orgullo, de la vanidad y de la soberbia.
El corazón
La novena y última actitud es el corazón, que es la facultad que nos permite responder afectivamente a los valores. El corazón es el centro de nuestra personalidad, el lugar donde se dan nuestros sentimientos, emociones y pasiones. El corazón es también el órgano de la felicidad, que se alcanza cuando el corazón se orienta hacia el Bien supremo, que es Dios.
Conclusión
“Actitudes morales fundamentales” es un libro que nos ofrece una visión integral y profunda de la ética cristiana, basada en el reconocimiento y la respuesta a los valores que nos revelan el amor de Dios. Dietrich von Hildebrand nos invita a cultivar estas actitudes en nuestra vida cotidiana, para que nuestra conducta sea coherente con nuestra fe y para que podamos alcanzar la plenitud de sentido que anhelamos. Se trata de un libro breve pero denso, que requiere una lectura atenta y meditada, y que puede ser de gran ayuda para los creyentes que quieren profundizar en su formación moral.