Carta a Pusey – John Henry Newman

La devoción a la Virgen María es una de las características más distintivas del catolicismo, que a menudo ha sido objeto de críticas, malentendidos o rechazos por parte de otros cristianos. ¿Qué fundamento tiene esta devoción en la Escritura y en la Tradición? ¿Qué papel tiene María en el plan de salvación y en la vida de la Iglesia? Estas son algunas de las preguntas que aborda el cardenal John Henry Newman en su “Carta a Pusey”, una obra breve pero profunda que responde a las objeciones de su amigo y antiguo compañero del Movimiento de Oxford, Edward Pusey, que se había quedado en el anglicanismo.

Ficha técnica

  • Autor: John Henry Newman
  • Temática: Teología mariana, Patrística, Ecumenismo

Comentario del libro “Carta a Pusey”

El contexto histórico y personal

John Henry Newman fue uno de los líderes del Movimiento de Oxford, una corriente dentro del anglicanismo que buscaba recuperar la identidad católica de la Iglesia de Inglaterra, apelando a los Padres de la Iglesia y a los concilios antiguos. Sin embargo, tras un largo proceso de estudio y oración, Newman llegó a la conclusión de que la Iglesia católica romana era la verdadera Iglesia de Cristo, y se convirtió al catolicismo en 1845, siendo ordenado sacerdote católico en 1847. Su conversión causó un gran impacto en la sociedad inglesa, y también en sus antiguos amigos y colaboradores, que se sintieron traicionados o decepcionados por su decisión.

Uno de ellos fue Edward Pusey, que siguió siendo fiel al anglicanismo y trató de tender puentes con el catolicismo, publicando en 1865 un libro titulado Eirenicon, en el que proponía una posible reconciliación entre ambas comuniones, basada en el reconocimiento mutuo de la sucesión apostólica y la validez de los sacramentos. Sin embargo, Pusey también criticaba duramente algunos aspectos del catolicismo, especialmente el culto a la Virgen María, que consideraba excesivo y contrario a la Escritura.

Newman, que había sido nombrado cardenal por el papa León XIII en 1879, decidió responder a su amigo con una carta, que se publicó en 1866 con el título de Letter to Dr. Pusey on his recent Eirenicon. En ella, Newman expone con claridad y rigor los fundamentos bíblicos, patrísticos y teológicos de la devoción a María, y defiende la coherencia y la belleza de la doctrina católica sobre la Madre de Dios.

El argumento patrístico

El principal argumento que utiliza Newman para justificar el culto a la Virgen María es el recurso a los Padres de la Iglesia, es decir, a los escritores cristianos de los primeros siglos, que fueron testigos directos o cercanos de la tradición apostólica y que formaron la doctrina y la liturgia de la Iglesia. Newman sabía que Pusey tenía un gran respeto y admiración por los Padres, y que no podía ignorar su testimonio sobre la figura de María.

Newman cita numerosos textos de los Padres, tanto orientales como occidentales, que muestran cómo desde el siglo II se veneraba a María como la nueva Eva, la madre de los vivientes, la llena de gracia, la siempre virgen, la madre de Dios, la intercesora, la mediadora, la abogada, la reina y la madre de la Iglesia. Estos títulos expresan la fe de la Iglesia en la singularidad de María, que fue elegida por Dios para ser la madre de su Hijo, y que participó de manera única en la obra de la redención, cooperando con su fe, su obediencia y su amor. Así, María se convierte en el modelo y la ayuda de los cristianos, que la invocan como madre y la imitan como discípula.

Newman demuestra que la devoción a María no es una invención medieval o moderna, sino una tradición antigua y universal, que se basa en la revelación bíblica y en el desarrollo orgánico de la doctrina cristiana. Además, Newman muestra que la devoción a María no es un obstáculo para el ecumenismo, sino un camino para el diálogo y la comunión, ya que María es madre de todos los cristianos y los une en su amor a Cristo.

La espiritualidad mariana

Newman no se limita a exponer argumentos históricos y teológicos, sino que también comparte su propia experiencia espiritual de la devoción a María, que había comenzado desde su infancia en el seno de una familia anglicana. Newman confiesa que siempre tuvo una gran confianza en la intercesión de María, y que ella le había ayudado en los momentos más difíciles de su vida, especialmente en su conversión al catolicismo. Newman reconoce que María fue la que le condujo a la Iglesia de su Hijo, y que le enseñó a amar y a seguir a Cristo con fidelidad y humildad.

Newman también explica cómo la devoción a María no es una distracción o una desviación de la adoración a Dios, sino una forma de honrar y glorificar a Dios, que hizo maravillas en ella y por medio de ella. Newman afirma que María es la obra maestra de Dios, la criatura más perfecta y más cercana a Dios, y que por eso merece el mayor respeto y veneración de los hombres. Newman aclara que la veneración a María no es una adoración, que solo se debe a Dios, sino un reconocimiento de su dignidad y de su misión, que la hacen mediadora de todas las gracias y madre de todos los hombres.

Newman invita a su amigo Pusey a que se acerque a María con confianza y afecto, y que descubra en ella la ternura y la misericordia de Dios, que se hizo carne en su seno. Newman asegura que María no es una rival de Cristo, sino su más fiel colaboradora, y que no aleja a los cristianos de la verdad, sino que los guía a la plenitud de la fe.

Conclusión

La “Carta a Pusey” es una obra breve pero intensa, que ofrece una visión profunda y equilibrada de la devoción a la Virgen María, basada en la Escritura, la Tradición y la experiencia personal. Es una obra que puede iluminar y enriquecer la fe de los católicos, y que puede servir de puente y de estímulo para el diálogo y la comunión con los cristianos de otras confesiones, especialmente con los anglicanos, que comparten con los católicos el amor y el respeto por la Madre de Dios. Es una obra que muestra la grandeza y la belleza de María, que es la madre de la Iglesia y la estrella de la evangelización.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *