Desde Santurce a Bizancio – Jesús Laínz Fernández
El poder de las palabras es enorme, especialmente cuando se trata de construir o destruir naciones. Esa es la tesis central del libro “Desde Santurce a Bizancio” de Jesús Laínz, un ensayo que analiza la manipulación lingüística que han practicado los nacionalismos a lo largo de la historia y en distintos lugares de Europa. El autor, con una amplia erudición y un estilo ameno e irónico, desmonta los mitos y las falsedades que se han utilizado para crear o reforzar identidades nacionales basadas en el lenguaje.
- «Este libro es la crónica despiadada, inflamatoria y cáustica de hasta qué extremos de estolidez pueden llegar los delirios nacionalistas». (Amando de Miguel).
- Editorial:: Encuentro
- Autor: : Jesús Laínz
- Encuadernación: : Rústica
Ficha técnica
- Autor: Jesús Laínz Fernández, escritor y abogado español, especializado en el estudio de los separatismos españoles.
- Temática: Ensayo histórico y político sobre la influencia de las lenguas en la formación de las naciones.
Comentario del libro “Desde Santurce a Bizancio”
Un recorrido por la historia de la ingeniería lingüística
El libro comienza con un repaso histórico por los casos más relevantes de manipulación lingüística en Europa, desde la antigüedad hasta la actualidad. El autor muestra cómo las lenguas han sido utilizadas como instrumentos de poder, de dominación, de resistencia, de prestigio o de exclusión, según los intereses de cada grupo o época. Así, encontramos ejemplos de imposición, de prohibición, de invención, de depuración, de normalización o de revitalización de lenguas, con el fin de crear o modificar la conciencia nacional de los hablantes.
Algunos de los casos que se analizan son los siguientes:
- El latín, como lengua de la civilización romana, que se impuso sobre las lenguas locales de los pueblos conquistados, pero que a su vez se fragmentó en las lenguas romances, dando lugar a nuevas identidades nacionales.
- El griego, como lengua de la cultura y la ciencia, que se mantuvo como lengua franca en el Imperio Bizantino, pero que fue sustituido por el turco tras la conquista otomana, provocando una pérdida de identidad y de prestigio de los griegos.
- El francés, como lengua de la monarquía y la aristocracia, que se extendió por toda Francia, eliminando o marginando las lenguas regionales, como el occitano o el bretón, y que se convirtió en el símbolo de la nación francesa y de su influencia cultural en el mundo.
- El inglés, como lengua de la expansión colonial, que se difundió por los territorios dominados por el Reino Unido, pero que también generó movimientos de resistencia y de reivindicación de las lenguas locales, como el gaélico, el galés o el irlandés, o de las lenguas de los pueblos colonizados, como el hindi, el árabe o el swahili.
- El alemán, como lengua de la unificación política, que se consolidó como la lengua nacional de Alemania, pero que también sufrió procesos de división y de purificación, según las variantes regionales o las influencias extranjeras, y que se vio afectado por las consecuencias de las guerras mundiales y la división del país.
- El ruso, como lengua de la integración soviética, que se impuso como la lengua oficial y común de la Unión Soviética, pero que también tuvo que convivir con las lenguas de las repúblicas y las minorías, y que se enfrentó a la reacción nacionalista de algunos pueblos, como los bálticos, los ucranianos o los chechenos, tras la caída del régimen comunista.
El caso español: la invención de las lenguas nacionales
El libro dedica una especial atención al caso español, donde el autor denuncia la falsificación histórica y lingüística que han practicado los nacionalismos periféricos, especialmente el catalán y el vasco, para justificar sus pretensiones separatistas. El autor demuestra, con abundantes datos y citas, que las lenguas que hoy se presentan como propias y exclusivas de esas regiones son en realidad el resultado de una larga evolución y de una compleja mezcla de influencias, y que no tienen ninguna relación con la supuesta identidad nacional de sus hablantes.
Así, el autor desmonta algunos de los mitos más extendidos sobre las lenguas españolas, como los siguientes:
- El mito de que el catalán es una lengua milenaria, que se remonta a los tiempos de los íberos, y que ha sido oprimida por el castellano durante siglos. El autor muestra que el catalán es una lengua romance, derivada del latín, que se formó entre los siglos IX y XII, y que ha recibido numerosas influencias del francés, del italiano, del occitano y del castellano, y que nunca ha sido perseguida ni prohibida por el Estado español, sino que ha gozado de reconocimiento y protección.
- El mito de que el vasco es una lengua preindoeuropea, que se conserva intacta desde la prehistoria, y que es el rasgo distintivo del pueblo vasco. El autor revela que el vasco es una lengua aislada, de origen desconocido, que ha sufrido cambios y variaciones a lo largo de la historia, y que ha incorporado numerosos préstamos del latín, del romance, del árabe y del castellano, y que no es el único elemento que define la identidad vasca, sino que hay otros factores históricos, culturales y religiosos que la conforman.
- El mito de que el gallego es una lengua hermana del portugués, que se separó de él por la imposición del castellano, y que es la expresión de la nación gallega. El autor explica que el gallego es una lengua romance, derivada del latín, que se desarrolló en el noroeste de la Península Ibérica, y que se diferenció del portugués por razones geográficas, políticas y sociales, y que no es el único rasgo que caracteriza a Galicia, sino que hay otros aspectos históricos, culturales y religiosos que la definen.
Una visión crítica y positiva desde la fe católica
El libro no se limita a hacer una crítica destructiva de los nacionalismos lingüísticos, sino que también ofrece una visión positiva y constructiva desde la fe católica. El autor, que se declara creyente y practicante, defiende el valor de la diversidad lingüística como una riqueza cultural y humana, que debe ser respetada y fomentada, pero sin caer en el fanatismo ni en el sectarismo. El autor propone una convivencia pacífica y armoniosa entre las lenguas, basada en el diálogo, la tolerancia y la solidaridad, y en el reconocimiento de la unidad y la pluralidad de España como nación.
El autor también hace referencia al magisterio de la Iglesia católica, que ha defendido siempre la dignidad y la libertad de las personas y de los pueblos, y que ha promovido el desarrollo y la difusión de las lenguas, especialmente a través de la evangelización y la educación. El autor cita algunos documentos y discursos de los papas, que han alabado la riqueza y la belleza de las lenguas, y que han animado a los fieles a usarlas con responsabilidad y con amor, al servicio de la verdad, de la justicia y de la paz.
Conclusión
“Desde Santurce a Bizancio” es un libro imprescindible para comprender la historia y la actualidad de las lenguas en Europa y en España, y para desenmascarar las mentiras y las manipulaciones de los nacionalismos que las utilizan como armas de confrontación y de división. El autor, con una gran erudición y un estilo ameno e irónico, nos ofrece un ensayo riguroso y documentado, pero también divertido y provocador, que nos invita a reflexionar sobre el poder y el sentido de las palabras.