El beato Ignacio Maloyan, en el Gólgota de los armenios – José Luis Orella
El siglo XX fue testigo de numerosos crímenes contra la humanidad, perpetrados por regímenes totalitarios o en el contexto de guerras devastadoras. Uno de los primeros y más olvidados de estos crímenes fue el genocidio armenio, que tuvo lugar entre 1915 y 1923 en el seno del Imperio otomano, bajo el gobierno de los Jóvenes Turcos. Se estima que entre un millón y medio y dos millones de armenios fueron asesinados o deportados a condiciones inhumanas, en un intento de borrar su identidad cultural, religiosa y nacional. Entre las víctimas se encontraban seis obispos armenios católicos, que dieron testimonio de su fe hasta el martirio. Uno de ellos fue el beato Ignacio Maloyan, arzobispo de Mardin, cuya vida y muerte heroica nos relata el historiador José Luis Orella en su libro “El beato Ignacio Maloyan, en el Gólgota de los armenios”.
- Orella Martínez, José Luis (Author)
Ficha técnica
- Autor: José Luis Orella
- Temática: Historia, biografía, religión
Comentario del libro “El beato Ignacio Maloyan, en el Gólgota de los armenios”
Contexto histórico y antecedentes
El libro comienza situando al lector en el contexto histórico y geográfico en el que se desarrolla la historia del beato Ignacio Maloyan. El autor explica brevemente la situación del Imperio otomano a finales del siglo XIX y principios del XX, marcada por la decadencia, el nacionalismo y el expansionismo. Asimismo, describe la presencia de los armenios en el territorio otomano, una minoría cristiana que había sufrido persecuciones y discriminaciones a lo largo de los siglos, pero que también había contribuido al desarrollo cultural, económico y social del imperio. El autor destaca el papel de los armenios católicos, que representaban una minoría dentro de la minoría armenia, y que habían mantenido su comunión con Roma a pesar de las dificultades y las presiones.
Vida y obra del beato Ignacio Maloyan
La segunda parte del libro se centra en la biografía del protagonista, el beato Ignacio Maloyan, nacido en 1869 en una familia armenia católica de Mardin, una ciudad situada en el sureste de la actual Turquía. El autor narra su vocación sacerdotal, su formación en el seminario de Bzommar (Líbano), su ordenación en 1896 y su ministerio pastoral en diversas parroquias de Anatolia. En 1911, fue nombrado arzobispo de Mardin, donde se dedicó a atender a su rebaño con celo y caridad, especialmente a los más pobres y necesitados. El autor también resalta su labor educativa, social y ecuménica, así como su fidelidad al papa y a la Iglesia universal.
Martirio y beatificación
La tercera y última parte del libro relata el dramático final del beato Ignacio Maloyan, que coincidió con el inicio del genocidio armenio en 1915. El autor describe las atrocidades cometidas por las autoridades otomanas contra los armenios, que fueron sometidos a deportaciones masivas, marchas forzadas, hambrunas, torturas y asesinatos. El arzobispo Maloyan se negó a abandonar a su pueblo y a renegar de su fe, y fue arrestado junto con otros sacerdotes y fieles. Tras sufrir varios interrogatorios y maltratos, fue fusilado el 11 de junio de 1915, después de haber perdonado a sus verdugos y haber rezado por sus verdugos. El autor recoge algunos testimonios de testigos y supervivientes que dan cuenta de su heroísmo y santidad. Finalmente, el autor informa de su beatificación, que tuvo lugar el 7 de octubre de 2001, en Roma, por el papa Juan Pablo II, junto con otros 16 mártires armenios católicos.
Conclusión
El libro de José Luis Orella es una obra valiosa y necesaria, que rescata del olvido la memoria de uno de los mártires más destacados del siglo XX, el beato Ignacio Maloyan. El autor combina el rigor histórico con el interés narrativo, y ofrece una visión equilibrada y documentada de los hechos, sin caer en el sensacionalismo ni en el revanchismo. El libro es también un homenaje a todo el pueblo armenio, que sufrió un genocidio injusto y cruel, pero que supo conservar su fe y su identidad. El beato Ignacio Maloyan es un ejemplo de fidelidad, de fortaleza y de amor, que puede inspirar a todos los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad.