En busca de la seriedad. Cuadernos filosóficos – J.L.H. Thomas
La filosofía es una búsqueda constante de la verdad, de la sabiduría y de la seriedad. Pero, ¿qué significa ser serio en el ámbito filosófico? ¿Qué actitud, qué método, qué criterio se requiere para alcanzar la seriedad? Estas son algunas de las preguntas que se plantea el autor de este libro, J.L.H. Thomas, un pensador inglés que nos ofrece una crónica intelectual de su propia peregrinación filosófica en busca de la tierra en que habita la verdadera seriedad.
- Thomas, John Laurence Hylton (Author)
Ficha técnica
- Autor: J.L.H. Thomas, master of arts por la Universidad de Oxford en filosofía y ciencias políticas y económicas, y profesor de filosofía en varias universidades europeas.
- Temática: Filosofía, seriedad, peregrinación intelectual, diálogo con pensadores clásicos.
Comentario del libro “En busca de la seriedad. Cuadernos filosóficos”
Este libro es un testimonio personal y sincero de la búsqueda de la seriedad por parte de su autor, J.L.H. Thomas, quien nos comparte sus reflexiones, sus dudas, sus hallazgos y sus decepciones a lo largo de su trayectoria filosófica. El libro se divide en cuatro partes, correspondientes a los cuatro campos que el autor explora en su búsqueda: la ciencia, la estética, la ética y la religión.
La ciencia
El autor comienza su búsqueda en el campo de la ciencia, convencido de que ésta es la fuente de la seriedad y de la verdad. Sin embargo, pronto se da cuenta de que la ciencia no es suficiente para responder a las preguntas fundamentales de la existencia, y de que la ciencia misma está sujeta a limitaciones, contradicciones y crisis. El autor se enfrenta así al problema del escepticismo, que cuestiona la validez de todo conocimiento. Para superar este problema, el autor recurre al pensamiento de Descartes, quien propone el método de la duda metódica y el principio de la evidencia como bases de la certeza. Sin embargo, el autor también reconoce las dificultades y los riesgos de este método, que puede conducir al solipsismo, al racionalismo o al idealismo.
La estética
El autor pasa entonces al campo de la estética, esperando encontrar en el arte y en la belleza una fuente de seriedad y de sentido. El autor se inspira en el pensamiento de Kierkegaard, quien distingue entre tres etapas de la existencia: la estética, la ética y la religiosa. La etapa estética se caracteriza por la búsqueda del placer, de la novedad y de la expresión individual. El autor reconoce el valor del arte como una forma de comunicación y de creación, pero también advierte de los peligros de la estética, que puede degenerar en el hedonismo, el nihilismo o el relativismo.
La ética
El autor se dirige luego al campo de la ética, buscando en la moral y en la libertad una fuente de seriedad y de responsabilidad. El autor se apoya en el pensamiento de Bergson, quien afirma que la vida es un impulso creativo que se manifiesta en la evolución y en la libertad. El autor valora la ética como una forma de acción y de compromiso, pero también señala los problemas de la ética, que puede caer en el voluntarismo, el pragmatismo o el existencialismo.
La religión
El autor llega finalmente al campo de la religión, esperando encontrar en la fe y en la revelación una fuente de seriedad y de salvación. El autor se inspira en el pensamiento de Sartre, quien sostiene que el hombre es una pasión inútil, condenado a la libertad y a la angustia. El autor reconoce la religión como una forma de trascendencia y de esperanza, pero también alerta de los riesgos de la religión, que puede derivar en el dogmatismo, el fanatismo o el fideísmo.
Conclusión
El autor concluye su búsqueda en el campo de la filosofía, convencido de que ésta es la verdadera fuente de la seriedad y de la sabiduría. El autor se identifica con el ideal socrático, que consiste en el amor a la verdad, el diálogo crítico y la humildad intelectual. El autor defiende la filosofía como una forma de vida y de conocimiento, que integra y supera los aportes y los límites de la ciencia, la estética, la ética y la religión. El autor nos invita a seguir su ejemplo y a emprender nuestra propia peregrinación filosófica en busca de la seriedad.