Ética – Nicolai Hartmann
La ética es una de las ramas más importantes de la filosofía, ya que se ocupa de los principios y valores que rigen la conducta humana. ¿Qué es lo bueno y lo malo? ¿Qué debemos hacer y qué debemos evitar? ¿Qué sentido tiene la vida moral? Estas son algunas de las preguntas que se plantean los filósofos éticos desde la antigüedad hasta nuestros días.
Entre los autores que han contribuido al desarrollo de la ética, destaca Nicolai Hartmann, un pensador alemán del siglo XX que escribió una obra monumental sobre esta materia. Su libro “Ética” es una de las obras capitales de la ética axiológica, una corriente que se caracteriza por el esfuerzo por fundamentar los preceptos morales en el reino del valor. En este comentario, vamos a presentar la ficha técnica del libro, a resumir su contenido y a ofrecer una valoración crítica y positiva desde una perspectiva creyente y católica.
Ficha técnica
- Autor: Nicolai Hartmann
- Temática: Ética axiológica
Comentario del libro “Ética”
La ética material del valor
Nicolai Hartmann propone una ética material del valor, que se opone al formalismo kantiano y al relativismo nietzscheano. Según Hartmann, la ética no puede basarse solo en la razón práctica o en la voluntad de poder, sino que debe atender a la realidad de los valores, que son entidades objetivas e independientes de la valoración humana. Los valores se presentan como exigencias que reclaman ser realizados por el sujeto moral, que tiene la libertad y la responsabilidad de responder a ellas.
Hartmann distingue entre valores éticos y valores no éticos, y entre valores morales y valores vitales. Los valores éticos son aquellos que se refieren al bien y al mal, mientras que los valores no éticos son aquellos que se refieren a lo bello, lo útil, lo agradable, etc. Los valores morales son aquellos que se refieren al deber y a la obligación, mientras que los valores vitales son aquellos que se refieren a la felicidad y al interés. Hartmann reconoce la importancia de los valores no éticos y vitales, pero afirma que los valores éticos y morales tienen una superioridad jerárquica sobre ellos, y que el sujeto moral debe darles prioridad.
La ética de las virtudes
Nicolai Hartmann recupera la ética de las virtudes de la tradición aristotélica, y la adapta a las condiciones de la modernidad. Hartmann define la virtud como la disposición estable del carácter que permite al sujeto moral realizar los valores en su vida. La virtud es el término medio entre los extremos viciosos, y se adquiere mediante la educación, el hábito y la reflexión. Hartmann distingue entre virtudes generales y virtudes especiales, y entre virtudes cardinales y virtudes secundarias. Las virtudes generales son aquellas que se aplican a todos los ámbitos de la vida moral, mientras que las virtudes especiales son aquellas que se aplican a ámbitos específicos. Las virtudes cardinales son aquellas que son fundamentales para la vida moral, mientras que las virtudes secundarias son aquellas que son derivadas o complementarias.
Entre las virtudes generales, Hartmann destaca la justicia, la prudencia, la fortaleza y la templanza, que coinciden con las virtudes cardinales de la tradición clásica y cristiana. Entre las virtudes especiales, Hartmann menciona la veracidad, la sinceridad, la modestia, la humildad, la distancia, el amor, la amistad, la fidelidad, la gratitud, el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la generosidad, la compasión, el perdón, la paciencia, la esperanza, la alegría, etc. Hartmann analiza cada una de estas virtudes, y las relaciona con los valores éticos y morales que las sustentan.
La ética de la libertad
Nicolai Hartmann defiende una ética de la libertad, que se basa en la capacidad del sujeto moral de elegir entre los valores y de actuar conforme a ellos. Hartmann rechaza el determinismo y el fatalismo, que niegan la libertad humana, y también el indeterminismo y el voluntarismo, que la reducen a un capricho o a un azar. Hartmann sostiene que la libertad es una condición necesaria y suficiente de la moralidad, y que implica tanto una posibilidad como una responsabilidad. La libertad es la posibilidad de realizar los valores, y la responsabilidad es la obligación de rendir cuentas de las acciones.
Hartmann distingue entre libertad negativa y libertad positiva, y entre libertad de elección y libertad de realización. La libertad negativa es la ausencia de coacción externa o interna, mientras que la libertad positiva es la capacidad de autodeterminación según los valores. La libertad de elección es la capacidad de optar entre los valores, mientras que la libertad de realización es la capacidad de llevar a cabo los valores. Hartmann afirma que la libertad negativa y la libertad de elección son condiciones previas de la libertad positiva y la libertad de realización, que son las formas superiores y plenas de la libertad.
Conclusión
El libro “Ética” de Nicolai Hartmann es una obra maestra de la filosofía moral, que ofrece una visión profunda, rigurosa y original de los problemas y las soluciones de la ética. Hartmann combina la tradición y la innovación, la razón y la intuición, la teoría y la práctica, y logra una síntesis histórica de la ética antigua y moderna. Su ética material del valor, su ética de las virtudes y su ética de la libertad son aportaciones valiosas y relevantes para el pensamiento y la acción moral de nuestro tiempo.
Desde una perspectiva creyente y católica, el libro de Hartmann puede ser leído con provecho y simpatía, ya que contiene muchos elementos que coinciden o se aproximan a la doctrina moral de la Iglesia. Hartmann reconoce la existencia de valores objetivos, universales y jerárquicos, que se fundan en la naturaleza de las cosas y no en la subjetividad humana. Hartmann recupera la importancia de las virtudes, que son disposiciones del carácter que orientan la conducta hacia el bien. Hartmann defiende la libertad, que es la capacidad de elegir y realizar los valores, y que implica una responsabilidad ante Dios, ante uno mismo y ante los demás.
Por supuesto, el libro de Hartmann también presenta algunas diferencias o limitaciones desde una perspectiva creyente y católica, que deben ser señaladas y superadas. Hartmann no reconoce la existencia de Dios, ni la revelación divina, ni la gracia sobrenatural, que son fuentes de conocimiento y de motivación moral para los cristianos. Hartmann no acepta la ley natural, ni la ley divina, ni la ley eclesiástica, que son normas morales que orientan y regulan la conducta de los fieles. Hartmann no incorpora la fe, la esperanza y la caridad, que son virtudes teologales que perfeccionan la vida moral de los creyentes.
En definitiva, el libro “Ética” de Nicolai Hartmann es una obra de gran valor filosófico y moral, que puede ser leída con interés y respeto por los creyentes y católicos, y que puede servir de estímulo y de diálogo para profundizar y enriquecer la propia visión moral.