Las formas espirituales de la afectividad – Dietrich von Hildebrand

La afectividad es una dimensión esencial de la persona humana, que abarca tanto los sentimientos como las emociones, las pasiones y los estados de ánimo. Sin embargo, ¿qué significa que la afectividad sea espiritual? ¿Qué diferencia hay entre los sentimientos espirituales y los no espirituales? ¿Qué papel juega la afectividad en la moralidad y en la vida cristiana? Estas son algunas de las preguntas que aborda el filósofo alemán Dietrich von Hildebrand en su breve pero profundo ensayo “Las formas espirituales de la afectividad”.

Ficha técnica

  • Autor: Dietrich von Hildebrand
  • Temática: Fenomenología y ética de la afectividad

Comentario del libro “Las formas espirituales de la afectividad”

El carácter espiritual de la afectividad

Dietrich von Hildebrand parte de la distinción entre los sentimientos inferiores no espirituales, que tienen una relación puramente causal con el objeto que los provoca, y los sentimientos superiores espirituales, que tienen una relación significativa inteligible con el objeto que capta el entendimiento. Los sentimientos espirituales poseen todos los indicios de lo específicamente espiritual, como la libertad, la responsabilidad, la trascendencia y la apertura a Dios. El autor ofrece ejemplos claros y convincentes de ambos tipos de sentimientos, como la irritación o la euforia por un lado, y el amor o el arrepentimiento por otro.

La afectividad y la moralidad

Dietrich von Hildebrand también se pregunta por el significado de la afectividad dentro de la moralidad. ¿Es la afectividad una fuente de valor o de desvalor moral? ¿Es la afectividad un obstáculo o un aliado para la virtud? El autor responde que la afectividad no es moralmente indiferente, sino que puede ser buena o mala según su conformidad o disconformidad con la verdad y el bien. La afectividad puede ser un reflejo de la actitud moral de la persona, o puede ser una ocasión para ejercitar la virtud o el vicio. El autor defiende la importancia de educar y purificar la afectividad, así como de integrarla en la vida espiritual.

La afectividad y la vida cristiana

Finalmente, Dietrich von Hildebrand reflexiona sobre la relación entre la afectividad y la vida cristiana. ¿Es la afectividad compatible con la fe y la gracia? ¿Es la afectividad un requisito o un impedimento para la santidad? El autor afirma que la afectividad es una dimensión creada por Dios y llamada a participar de su vida. La afectividad puede ser elevada y transformada por la gracia, y puede expresar el amor a Dios y al prójimo. El autor reconoce la existencia de tensiones y conflictos entre la afectividad y la razón, entre la afectividad natural y la sobrenatural, y entre la afectividad y la cruz. Sin embargo, el autor propone una visión positiva y esperanzada de la afectividad, que no la niega ni la reprime, sino que la asume y la orienta hacia su plenitud.

Conclusión

El libro de Dietrich von Hildebrand es una obra maestra de la filosofía de la afectividad, que combina el rigor fenomenológico con la profundidad ética y espiritual. El autor nos ofrece una visión integral y equilibrada de la afectividad humana, que respeta su dignidad y su valor, y que la ilumina con la luz de la verdad y el bien. El libro es una invitación a conocer y a vivir mejor nuestra propia afectividad, y a integrarla en nuestro camino de perfección y de santidad.

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