Las tres edades de la vida interior – Réginald Garrigou-Lagrange

“Las tres edades de la vida interior” es una obra clásica de la teología espiritual, escrita por el dominico francés Réginald Garrigou-Lagrange, que expone con rigor y profundidad las etapas del camino de la santidad cristiana. Basándose en la doctrina de Santo Tomás de Aquino y en la tradición de los maestros de la vida espiritual, el autor presenta una síntesis magistral de la ascética y la mística, mostrando la necesidad y la posibilidad de la contemplación infusa y la unión con Dios para la mayoría de las almas.

Ficha técnica

  • Autor: Réginald Garrigou-Lagrange
  • Temática: Teología espiritual

Comentario del libro “Las tres edades de la vida interior”

Estructura y contenido

La obra está dividida en dos tomos, que a su vez se componen de cinco partes. El primer tomo contiene las dos primeras partes: “Las fuentes de la vida interior y su fin”, donde se ponen las bases de la vida interior, y “La purificación del alma de los principiantes”, que trata, sobre todo, de los temas de la ascesis cristiana. El segundo tomo contiene las tres partes restantes: “Los progresos del alma”, que aborda las cuestiones de la oración, la dirección espiritual y las tentaciones; “La unión de las almas perfectas con Dios”, que explica las características de la vida mística y los grados de la caridad; y “Las gracias extraordinarias”, que analiza los fenómenos sobrenaturales que pueden acompañar la vida espiritual, como las visiones, las revelaciones y los estigmas.

Cada parte se divide en varios capítulos, que a su vez se subdividen en secciones numeradas. El autor sigue un método deductivo, partiendo de los principios teológicos y filosóficos, y apoyándose en las citas de la Sagrada Escritura, el Magisterio de la Iglesia, los Padres y Doctores de la Iglesia, los santos y los autores espirituales. Al final de cada capítulo, se ofrece un resumen y una aplicación práctica de lo expuesto.

Valoración crítica

“Las tres edades de la vida interior” es una obra de gran valor teológico y espiritual, que ofrece una visión integral y coherente de la vida interior, desde sus fundamentos hasta sus cimas. El autor demuestra un conocimiento profundo y una fidelidad ejemplar a la doctrina de Santo Tomás de Aquino, así como una amplia erudición y una sensibilidad pastoral.

La obra tiene el mérito de haber contribuido a la renovación de la teología espiritual en el siglo XX, defendiendo la tesis de que la contemplación infusa y la vida mística son el camino normal de la santidad para la mayoría de las almas, y no un privilegio reservado a unos pocos. Esta tesis fue recogida por el Concilio Vaticano II, que proclamó la vocación universal a la santidad en la Iglesia (Lumen gentium, cap. V).

La obra también tiene el valor de haber sintetizado y armonizado las diversas escuelas y corrientes de la espiritualidad cristiana, respetando su diversidad y riqueza, pero subrayando su unidad y convergencia en la caridad. El autor no se limita a exponer la doctrina, sino que la ilustra con ejemplos de la vida de los santos y con consejos prácticos para el progreso espiritual.

La obra, sin embargo, no está exenta de algunas limitaciones y dificultades, que hay que tener en cuenta al leerla. Por una parte, el estilo del autor es a veces denso y repetitivo, lo que puede dificultar la comprensión y el interés del lector. Por otra parte, el autor adopta una postura polémica frente a algunas corrientes teológicas y espirituales de su época, como el modernismo, el inmanentismo, el quietismo y el fideísmo, que pueden resultar hoy en día poco relevantes o superadas. Por último, el autor utiliza a veces un lenguaje técnico y escolástico, que puede resultar ajeno o extraño al lector actual.

Conclusión

“Las tres edades de la vida interior” es una obra imprescindible para todo aquel que quiera profundizar en el conocimiento y la práctica de la vida espiritual, siguiendo la doctrina de Santo Tomás de Aquino y la tradición de la Iglesia. Es una obra que invita a la reflexión, a la oración y al amor, mostrando el camino de la santidad como un camino de gracia, de luz y de unión con Dios.

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