Parménides – Platón
El diálogo “Parménides” de Platón es una de las obras más complejas y fascinantes de la filosofía antigua. En él, el joven Sócrates se enfrenta a dos maestros de la escuela eleática, Parménides y Zenón, y se somete a un riguroso examen sobre la teoría de las ideas. El diálogo plantea cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la realidad, el conocimiento, el lenguaje y la lógica, y muestra la capacidad de Platón para crear escenas dramáticas y personajes memorables.
Ficha técnica
- Autor: Platón
- Temática: Filosofía
Comentario del libro “Parménides”
El contexto histórico y literario
El diálogo “Parménides” pertenece al grupo de los diálogos críticos o de transición de Platón, escritos entre el 380 y el 360 a.C. En ellos, el filósofo griego revisa y cuestiona algunos de los presupuestos de su pensamiento anterior, especialmente la teoría de las ideas, que había expuesto en obras como el “Fedón” o la “República”. El “Parménides” se sitúa cronológicamente antes de estos diálogos, en el año 450 a.C., cuando Sócrates era un joven de unos veinte años y Parménides y Zenón visitaron Atenas. El diálogo tiene una estructura peculiar, dividida en dos partes: la primera, donde Sócrates dialoga con Parménides y Zenón, y la segunda, donde Parménides somete a Aristóteles, un discípulo de Sócrates, a una serie de deducciones sobre el uno y lo múltiple.
El argumento y los personajes
El diálogo comienza con una introducción, donde Cefalo, un amigo de Sócrates, relata a Antifonte cómo presenció la conversación entre Sócrates, Parménides y Zenón. Cefalo explica que Zenón había leído un libro donde defendía la tesis de Parménides de que el ser es uno e inmutable, y refutaba las opiniones de los que creían en la pluralidad y el cambio. Sócrates, interesado por el libro, le pide a Zenón que le resuma sus argumentos. Zenón accede y expone algunos de sus famosos paradoxos sobre el movimiento, la divisibilidad y la identidad. Sócrates, entonces, le objeta que sus argumentos se basan en una falsa concepción de lo múltiple, que no tiene en cuenta la existencia de las ideas, que son las verdaderas realidades, distintas de las cosas sensibles. Zenón reconoce que sus argumentos no están dirigidos contra las ideas, sino contra lo sensible, y le pregunta a Sócrates qué entiende por ideas y cómo se relacionan con las cosas.
Aquí es donde interviene Parménides, el maestro de Zenón, que elogia a Sócrates por su ingenio, pero le advierte de las dificultades y contradicciones de su teoría de las ideas. Parménides le plantea una serie de preguntas sobre la naturaleza, el número, la participación, la semejanza y la diferencia de las ideas, y le muestra que su teoría conduce a absurdos y aporías. Sócrates reconoce su perplejidad y su necesidad de seguir investigando, y le pide a Parménides que le enseñe el camino correcto. Parménides le responde que para ello debe ejercitarse en el método dialéctico, que consiste en examinar una hipótesis desde todos los puntos de vista posibles, tanto afirmándola como negándola, y siguiendo todas las consecuencias que se derivan de ella. Sócrates acepta el consejo, pero le ruega que le muestre un ejemplo de cómo aplicar ese método.
Parménides accede, pero le dice que él está demasiado viejo para ese ejercicio, y que será Aristóteles, un discípulo de Sócrates, el que se someta a su examen. Así comienza la segunda parte del diálogo, donde Parménides formula ocho hipótesis sobre el uno, cuatro afirmativas y cuatro negativas, y deduce de cada una de ellas una serie de proposiciones sobre el uno mismo, lo otro, lo mismo, lo diferente, el ser, el no ser, el movimiento, el reposo, la generación y la corrupción. Estas deducciones son extremadamente complejas y aparentemente contradictorias, y han dado lugar a múltiples interpretaciones y controversias entre los estudiosos.
La importancia y el valor del diálogo
El diálogo “Parménides” es una obra maestra de la filosofía platónica, que muestra la profundidad y la amplitud de su pensamiento. El diálogo no solo es un ejercicio lógico y dialéctico, sino también una reflexión sobre los fundamentos de la metafísica, la epistemología, la ontología y la teología. El diálogo plantea problemas que siguen siendo relevantes y actuales para la filosofía contemporánea, como la relación entre el ser y el pensar, la naturaleza y el límite del conocimiento, la posibilidad y el sentido de la negación, la unidad y la multiplicidad de la realidad, la trascendencia y la inmanencia de Dios. El diálogo también es una muestra de la genialidad literaria de Platón, que crea una atmósfera de tensión y expectación, y retrata con maestría a los personajes, especialmente a Sócrates, que aparece como un joven humilde y curioso, dispuesto a aprender de sus mayores, pero también firme y valiente en la defensa de sus convicciones.
Conclusión
El diálogo “Parménides” de Platón es una obra imprescindible para todo aquel que quiera adentrarse en el mundo de la filosofía. El diálogo no solo ofrece una visión de la evolución y la crítica del pensamiento platónico, sino también una invitación a participar en el ejercicio de la razón, que busca la verdad más allá de las apariencias y las opiniones. El diálogo es un desafío intelectual y espiritual, que requiere una lectura atenta y reflexiva, pero que también ofrece una recompensa inestimable: el gozo de la sabiduría.