Samaritanus bonus – Congregación para la Doctrina de la Fe.
Samaritanus bonus es una carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe que aborda el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida. En ella se reafirma la doctrina católica sobre la dignidad humana, el sentido del sufrimiento, la prohibición de la eutanasia y el suicidio asistido, la obligación de proporcionar cuidados básicos y paliativos, el papel de la familia y de los agentes sanitarios, y el acompañamiento pastoral y sacramental de los enfermos y moribundos.
- Congregación para la Doctrina de la Fe (Author)
Ficha técnica
- Autor: Congregación para la Doctrina de la Fe
- Temática: Bioética, moral, pastoral
Comentario del libro “Samaritanus bonus”
El contexto de la carta
La carta Samaritanus bonus surge ante los desafíos que plantea el desarrollo de las tecnologías biomédicas y la legislación de algunos países que legitima la eutanasia y el suicidio asistido. Estas realidades ponen en riesgo el valor de la vida humana en la enfermedad y la muerte, y la relación de confianza entre el médico y el paciente. La carta pretende iluminar a los pastores y a los fieles sobre la atención médica, espiritual y pastoral que se debe brindar a los enfermos en las fases críticas y terminales de la vida, respetando y promoviendo su dignidad, su vocación a la santidad y el valor supremo de su existencia.
El contenido de la carta
La carta se divide en doce puntos, que abordan los siguientes temas:
- El cuidado del prójimo como expresión del amor de Dios y de la misericordia de Cristo, que se hace presente en el Buen Samaritano que socorre al hombre herido.
- La experiencia viva del Cristo sufriente y la proclamación de la esperanza, que ilumina el misterio del dolor y de la muerte, y ofrece un sentido pleno a la vida humana.
- El corazón que ve del samaritano: la vida humana es un don sagrado e inviolable, que se debe acoger, respetar y defender desde la concepción hasta la muerte natural.
- Los obstáculos culturales que oscurecen el valor sagrado de cada vida humana, como el relativismo, el utilitarismo, el individualismo, el hedonismo y el nihilismo.
- La enseñanza del magisterio sobre los siguientes aspectos:
- La prohibición de la eutanasia y el suicidio asistido, que son actos intrínsecamente malos y contrarios a la ley natural y a la voluntad de Dios.
- La obligación moral de excluir el ensañamiento terapéutico, que consiste en el uso desproporcionado y deshumanizante de las tecnologías médicas.
- El cuidado básico: el requisito de la nutrición y la hidratación, que son formas de sostener la vida que se deben proporcionar siempre, salvo que sean ineficaces o causen un sufrimiento intolerable al paciente.
- Los cuidados paliativos, que son una forma de humanizar el proceso de la muerte, aliviando el dolor y ofreciendo un acompañamiento integral al enfermo y a su familia.
- El papel de la familia y del hospicio, que son lugares privilegiados para el cuidado de los enfermos, donde se respeta su dignidad y se les brinda un ambiente de amor, de paz y de oración.
- El acompañamiento y el cuidado en la medicina prenatal y pediátrica, que se debe ofrecer a los niños que padecen enfermedades graves o incurables, y a sus padres, respetando su vida y sufrimiento, y evitando toda forma de eugenesia o de aborto terapéutico.
- La terapia analgésica y la pérdida de conciencia, que se deben administrar con prudencia y proporción, buscando aliviar el dolor sin suprimir la conciencia, y respetando el principio del doble efecto.
- El estado vegetativo y el estado de conciencia mínima, que son condiciones de grave discapacidad, pero no de pérdida de la dignidad humana, y que requieren de un cuidado adecuado y de un respeto a la sacralidad de la vida.
- La objeción de conciencia por parte de los agentes sanitarios y de las instituciones sanitarias católicas, que es un derecho que se debe reconocer y garantizar ante las leyes que permiten la eutanasia y el suicidio asistido.
- El acompañamiento pastoral y el apoyo de los sacramentos, que son medios de gracia y de salvación para los enfermos y moribundos, que se deben ofrecer con discernimiento, misericordia y respeto a la libertad de conciencia.
- El discernimiento pastoral hacia quienes solicitan la eutanasia o el suicidio asistido, que se debe realizar con caridad, verdad y prudencia, buscando ayudarles a cambiar de decisión y a acoger el plan de Dios para su vida.
- La reforma de la educación y la formación de los agentes sanitarios, que se debe orientar a una visión integral de la persona humana, a una ética basada en la ley natural y a una antropología cristiana.
La importancia de la carta
La carta Samaritanus bonus es un documento de gran relevancia para la Iglesia y para la sociedad, ya que ofrece una orientación clara y firme sobre el cuidado de los enfermos en las fases críticas y terminales de la vida, que son momentos de especial vulnerabilidad y fragilidad. La carta reafirma la doctrina católica sobre la dignidad humana, el sentido del sufrimiento, la prohibición de la eutanasia y el suicidio asistido, la obligación de proporcionar cuidados básicos y paliativos, el papel de la familia y de los agentes sanitarios, y el acompañamiento pastoral y sacramental de los enfermos y moribundos. La carta invita a los pastores y a los fieles a ser testigos del amor de Dios y de la misericordia de Cristo, que se hace presente en el Buen Samaritano que socorre al hombre herido, y a ser defensores de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.
Conclusión
Samaritanus bonus es una carta que ofrece una luz de esperanza y de consuelo a los enfermos y moribundos, y una guía de acción y de formación a los agentes sanitarios y pastorales. Es un documento que reafirma la doctrina católica sobre el valor sagrado e inviolable de la vida humana, y que propone una visión integral y humanizadora del cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida. Es una carta que nos llama a ser buenos samaritanos, que acogen, respetan y defienden la vida de cada persona, y que acompañan con amor, verdad y misericordia a los que sufren y a los que se acercan a la muerte.