XXIX Tiempo Ordinario Ciclo “B”

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El Siervo Sufriente y el Camino del Verdadero Servicio
Lecturas de este domingo
Primera lectura:
Isaías 53, 10-11
“El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento… El justo justificará a muchos y cargará con los crímenes de ellos.”
Salmo responsorial:
Salmo 32 (33)
“Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.”
Segunda lectura:
Hebreos 4, 14-16
“Por tanto, mantengamos firme la confesión de la fe… Acerquémonos con confianza al trono de la gracia.”
Evangelio:
Marcos 10, 35-45
“El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos.”
Monición de entrada para misa con adultos
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy las lecturas nos invitan a reflexionar sobre el sacrificio, el servicio y el verdadero sentido de la grandeza a la luz de la figura del Siervo Sufriente. Nos enfrentamos a un reto: abrazar el camino del servicio como lo hizo Jesús, quien nos mostró que la grandeza en el Reino de Dios se mide por la entrega total a los demás. Acerquémonos al altar con el deseo de imitar a Cristo, fuente de nuestra esperanza y salvación.
Monición de entrada para misa con niños
Queridos niños, hoy vamos a escuchar cómo Jesús nos enseña algo muy especial: que para ser grandes, no necesitamos ser los primeros, sino ser los que más ayudan a los demás. Jesús vino a servirnos a todos y a enseñarnos que el amor más grande es cuando ayudamos a otros. ¡Pidámosle que nos ayude a ser como Él!
Homilía
Queridos hermanos, el Evangelio de hoy nos pone frente a una paradoja: los discípulos Santiago y Juan se acercan a Jesús con una ambición de poder y gloria, pidiéndole sentarse a su derecha y a su izquierda en su Reino. Sin embargo, Jesús, con infinita paciencia, les responde con una enseñanza transformadora: “El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor”. ¿Qué significa esto? En el corazón del mensaje de Jesús está la invitación a dejar de lado los deseos de poder y buscar, en cambio, la verdadera grandeza en el servicio humilde.
Este concepto no es algo nuevo. Ya en la primera lectura de Isaías, encontramos la profecía del Siervo Sufriente, una figura que carga con los pecados de muchos y ofrece su vida por la salvación de los demás. Este Siervo, a quien entendemos como Jesucristo, revela que el sufrimiento ofrecido por amor y por el bien de los demás tiene un valor redentor. Como lo dice San Agustín: “Dios nos creó sin nosotros, pero no nos salvará sin nosotros”. La salvación requiere de nuestra participación activa, nuestra disposición a sufrir con Cristo y a servir a los demás.
En la Carta a los Hebreos, se nos recuerda que tenemos un sumo sacerdote que ha experimentado nuestras mismas debilidades y pruebas. Jesús, el Hijo de Dios, conoce el sufrimiento humano desde dentro y, sin embargo, permanece sin pecado. Así, nos invita a acercarnos con confianza al «trono de la gracia», a ese lugar donde podemos encontrar misericordia y fuerza para seguir su ejemplo. Como enseñaba San Juan Pablo II, «el hombre no puede vivir sin amor… Su vida está privada de sentido si no se le revela el amor». Y este amor se manifiesta en el servicio.
La enseñanza de Jesús sobre el servicio nos plantea una pregunta directa: ¿Estamos dispuestos a «beber el cáliz» que Él ha bebido? Porque servir, como nos muestra Cristo, no es simplemente un acto de cortesía o buena voluntad; es una entrega total, un sacrificio de sí mismo. Esto puede parecer difícil, pero Cristo mismo nos da la gracia para poder hacerlo. Como decía Santa Teresa de Calcuta: «No podemos hacer grandes cosas, solo pequeñas cosas con gran amor.»
El mundo de hoy, marcado por el individualismo y la búsqueda del éxito personal, se parece mucho a los deseos de Santiago y Juan. Muchos aspiran a alcanzar posiciones de influencia y poder; a tener muchos seguidores en las redes sociales, a sentirnos valorados, en definitiva, a tener una buena posición social; pero Jesús nos invita a invertir esa lógica. Nos llama a poner a los demás por delante, a ser servidores en lugar de buscar ser servidos.
El Papa Francisco ha insistido muchas veces en este llamado al servicio: “El verdadero poder es el servicio. Debemos servir a todas las personas, especialmente a los pobres, los débiles, los más vulnerables”. Aquí encontramos el corazón del mensaje cristiano: la grandeza auténtica radica en el amor que se convierte en servicio. ¿Dónde tengo que concretizar este servicio? Necesitamos convertir nuestra fe, nuestras palabras y buenas intenciones en hechos concretos que reflejen, coherentemente, una vida íntegra. ¿Seré capaz de vivir el mensaje de Cristo cuando estoy solo, cuando tengo el smartphone en la mano, cuando estoy en grupo?
Que el ejemplo del Siervo Sufriente de Isaías, el testimonio de Jesús y la enseñanza de la Iglesia nos animen a vivir nuestra fe en un servicio generoso y desinteresado. Acerquémonos al «trono de la gracia» con confianza, sabiendo que allí encontraremos la fortaleza para seguir el camino de Cristo sirviendo, en amor, a Dios y a nuestros hermanos.
Por último, hoy celebramos la jornada mundial por la evangelización de los pueblos (Domund) y desearía completar estas palabras con una última cuestión en la línea de S. Ignacio de Loyola en sus E.E.: ¿Qué he hecho en beneficio de la evangelización? ¿Qué estoy haciendo para evangelizar? ¿Qué debo hacer para evangelizar?
Peticiones
- «El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir.» Oremos por la Iglesia, para que sea siempre signo de servicio humilde y amoroso al mundo. Roguemos al Señor.
- «Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros.» Oremos por el Papa Francisco y todos los pastores, para que guíen al pueblo de Dios con sabiduría y amor. Roguemos al Señor.
- «Acerquémonos con confianza al trono de la gracia.» Oremos por todas las naciones, para que busquen la paz y la justicia a través del diálogo y el servicio mutuo. Roguemos al Señor.
- «El justo justificará a muchos.» Oremos por las familias, para que vivan el servicio y el amor mutuo como expresión del amor de Dios. Roguemos al Señor.
- «El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento.» Oremos por los enfermos, para que encuentren consuelo en el sufrimiento y la cercanía de Cristo. Roguemos al Señor.
- «El justo justificará a muchos y cargará con los crímenes de ellos.» Oremos por los difuntos, para que el Señor los reciba en su Reino de paz y luz eterna. Roguemos al Señor.
- «El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir.» Oremos por todos los misioneros y por la Jornada Mundial de las Misiones (Domund), para que, a través de su trabajo, el Evangelio llegue a todos los rincones del mundo, y para que los fieles apoyen generosamente la evangelización de los pueblos. Roguemos al Señor.
Mensaje de fe
El camino de la fe nos lleva a seguir a Cristo en su entrega total. Él es el modelo perfecto de servicio y sacrificio, y nos invita a confiar en su gracia para poder vivir como verdaderos servidores.
Mensaje de esperanza
Nuestra esperanza está en el hecho de que no estamos solos en el sufrimiento. Cristo camina con nosotros, nos fortalece y nos promete que, al final, la victoria es del amor.
Mensaje de caridad
El amor más grande se muestra en el servicio humilde a los demás. Que, con la ayuda de Dios, vivamos cada día sirviendo con generosidad a nuestro prójimo, imitando el amor de Cristo.
Características
- Duración aproximada: 10 minutos.
- Dirigida a: Toda la comunidad parroquial, con enfoque en adultos.
- Frase conclusiva: «El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor.» (Mc 10, 43)